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El intercambio de opiniones entre la estrella de Gales, Gareth Bale y el seleccionador inglés Roy Hodgson, es el último capítulo de una rivalidad futbolística de 137 años, antes de que el jueves ambos equipos se crucen en Lens, en el duelo británico de la Eurocopa 2016.
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“Inglaterra se engrandece a sí misma antes de haber conseguido algo”, dijo Bale después de que su equipo ganara 2-1 a Eslovaquia en el arranque de la competición.
“Irrespetuoso”, respondió Hodgson al delantero del Real Madrid. Más tarde el centrocampista Jack Wilshere reconoció que ninguno de los dos equipos “gusta” al otro.
Inglaterra inició su camino en Francia con un empate 1-1 ante Rusia en Marsella, resultado que le deja con la necesidad de ganar a Gales en la segunda jornada del grupo B para no poner en peligro su pase a los octavos de final.
En el primer partido entre ambas selecciones, un gol de Thomas Heathcote Sorby dio a Inglaterra el triunfo (2-1) sobre Gales en enero de 1879.
En 101 partidos disputados entre ambos equipos, Inglaterra únicamente ha perdido en 14 ocasiones y entre 1946 y 1976 sólo sufrió una derrota en 33 duelos.
Gales, cuyos escasos triunfos ha celebrado con entusiasmo, destacando el que logró en 1980, en la extinta British Home Championship, cuando Inglaterra había batido cuatro días antes a la campeona del mundo Argentina antes de caer por 4-1 en Wrexham’s Racecourse Ground.
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En el siglo XXI ambos equipos se han enfrentado cuatro veces, con Inglaterra ganando los cuatro partidos y recibiendo únicamente un gol.
La relación entre ambas naciones está marcada por las invasiones inglesas y el resentimiento galés.
El rey inglés Eduardo I invadió Gales en el siglo XIII, construyendo grandes castillos que todavía se pueden visitar. Más tarde, Gales se anexionó a Inglaterra por Enrique VIII, a comienzos del siglo XVI.
En los años 80 del pasado siglo la primera ministra inglesa Margaret Thatcher se convirtió en una figura muy odiada al sur de Gales, donde se le acusó de acelerar el hundimiento de la industria pesada en la región y dejarla sin su medio de vida.
Actualmente Gales está gobernada por el parlamento británico en Londres, a pesar de obtener un alto grado de autonomía con la creación de la Asamblea Nacional Galesa en 1999.
Una victoria contra el viejo enemigo el jueves merecería una celebración mucho mayor. El premio sería doble: ganar al vecino y obtener una clasificación histórica para octavos en su primera aparición en una Eurocopa.