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Un coro de 60 cantantes, 20 percusionistas, tres flautistas, un declamador y el director Julio Santos acompañarán a Joaquín Orellana en una presentación sin precedentes en la que utilizará 20 de sus útiles sonoros.
El cineasta guatemalteco Sergio Ramírez filmará el evento histórico que ayudará a preservar el legado del maestro Orellana.
La presentación será en la Gran Sala del Centro Cultural “Efraín Recinos”, el miércoles 31 de agosto, desde las 20 horas. Los precios de las entradas son Q300, Q200, Q100 y Q50. Adquiérelas en Todoticket.
Publinews conversó con el artista guatemalteco acerca del evento y sus motivaciones.
¿Cuál es la importancia de este evento?
Este evento es muy importante porque el director actual del teatro, el arquitecto Álvaro Véliz, le está inyectando nueva vida al Centro Cultural “Miguel Ángel Asturias”, y que todos conozcan este lugar.
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Cuando tomo un taxi, los pilotos siempre me dicen que nunca han entrado al centro cultural y que solo lo conocen de lejos por su figura.
También ayudará a la implementación del Salón de la Multifonía, que es un aporte excelente para el futuro del país. Parte de la taquilla ayudará a fundar este salón. Se necesita dinero, porque se involucra un lugar y mucha tecnología, incluso, la robótica.
En otro ámbito cultural, en otro país, este proyecto ya se hubiera hecho y comprendido hace mucho tiempo. Pero nadie tiene la culpa de que nuestras provincias de Centroamérica tengan este alto grado de analfabetismo cultural.
¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
El artista mexicano de la plástica actual Carlos Amorales se interesó por mis útiles sonoros desde las perspectivas sonora y plástica.
Les confirió un valor conceptual desde el momento en que los instrumentos derivados de la marimba constituyen una idealización de la misma. Él relata que cuando entró y vio los útiles sonoros, tuvo la sensación de haber conocido la cueva de los tesoros de Alí Babá.
De ahí surgió la idea de generar fondos para fundar el Salón de la Multifonía, y qué mejor que presentando los instrumentos que se rescatarán. Todo con la ayuda de Stefan Benchoam, de Numu.
¿Cómo se siente de que ya está cerca de presentar este concierto?
Es algo satisfactorio. El proyecto es el resultado de un consenso. Eso es lo que me interesa, y no la popularidad. No imaginas cuántas personas me ven pasar y dicen: “Ahí va el maestro Orellana”, pero no han escuchado ni una de mis obras (risas).
El consenso es el diálogo entre el artista y el emisor, que tiene sensibilidad para percibir lo que se le presenta.
Estoy agradecido por esta oportunidad de presentar este concierto en vida, porque, como le digo de manera frecuente a mis amigos, tengo un pie en la tumba y otro sobre una cáscara de banano (risas).
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