El príncipe William volvió a disfrutar de un pasatiempo que había abandonado hace años durante su visita a Irlanda del Norte el 14 de noviembre. En el campus de la ciudad de Belfast de la Universidad de Ulster, William se subió a una motocicleta en un estudio de producción virtual que simulaba un recorrido por el desierto de Arizona. “Cualquier excusa es buena para subirme a una moto”, comentó entusiasmado el príncipe, según Hello!
Aunque la motocicleta estaba en una posición fija, William bromeó sobre querer probarla en movimiento y elogió el realismo de la experiencia virtual, destacando el sonido del escape como algo que extrañaba. El amor del príncipe por las motocicletas es bien conocido, pero también ha generado preocupación en su esposa, Kate Middleton.
El príncipe William revivió una de sus aficiones
En 2015, Kate confesó que el pasatiempo de William le provocaba temor, especialmente al pensar en sus hijos. Tres años después, William reveló que había dejado de practicarlo para asumir su rol de padre de tres niños con mayor responsabilidad. “Ser papá me obliga a moderarme”, comentó en 2018 durante una visita a la Isla de Man, conocida por su famosa carrera de motos.
Además de revivir su pasión, la visita del príncipe tuvo un propósito significativo. Su primera parada fue en The Foyer, una organización que ofrece alojamiento temporal y apoyo a jóvenes sin hogar como parte de la iniciativa Homewards, liderada por William para erradicar la falta de vivienda en el Reino Unido.
Luego, en la Universidad de Ulster, el príncipe destacó la importancia de las industrias creativas, un sector clave para la economía de Irlanda del Norte que genera más de $1.7 mil millones y emplea a más de 24,000 personas. Entre los proyectos destacados estuvo el Studio Ulster, un complejo de producción cinematográfica y televisiva de $91 millones que se inaugurará en 2025.
Durante su visita, William también mostró su lado accesible y jovial. Grabó un mensaje para una amiga de una estudiante que no pudo asistir al evento. Con simpatía, el príncipe se disculpó por su retraso, dejando un recuerdo especial para los presentes y reafirmando su conexión cercana con el público. Este breve reencuentro con su afición juvenil demostró que, aunque ha dejado las largas travesías en moto atrás, el príncipe sigue disfrutando de las cosas simples que lo apasionan, sin olvidar su papel como líder y defensor de causas sociales.