Durante su adolescencia, el príncipe William era considerado uno de los jóvenes más populares y atractivos de la familia real británica. Con su cabello rubio, su porte elegante y su simpatía natural, William rápidamente captó la atención de los medios y el público.
Desde joven, su estilo recordaba al de su madre, la princesa Diana, y muchas personas notaban el gran parecido entre ellos, no solo en rasgos físicos sino también en su calidez y su facilidad para conectar con las personas.
El estilo relajado del príncipe William en su juventud
En esa época, el príncipe solía lucir peinados desenfadados, con el cabello rubio ligeramente alborotado. Su estilo era una mezcla entre lo formal y lo casual, ya que asistía a eventos oficiales junto a su familia pero también disfrutaba de actividades propias de un adolescente, como el deporte y la vida estudiantil. Su físico atlético, que desarrolló gracias a su pasión por el deporte, especialmente el polo y el rugby, era otro de sus rasgos distintivos. Esta combinación de elegancia y desenfado contribuyó a su popularidad entre los jóvenes de su edad.
A lo largo de su adolescencia, el príncipe William fue también objeto de constante atención mediática, especialmente al asistir a la prestigiosa escuela Eton College, en la cual mantuvo un perfil bajo pero destacó tanto en lo académico como en lo deportivo. Las revistas y periódicos de la época solían compararlo con su hermano menor, el príncipe Harry, destacando el carácter más serio y reservado de William, frente a la personalidad más extrovertida de Harry. Sin embargo, ambos compartían el carisma y la influencia de su madre.
La imagen de William adolescente dejó una impresión duradera y lo consolidó como una figura icónica de la realeza moderna. A través de sus años de juventud, proyectó una imagen de príncipe accesible, dedicado y con una elegancia innata que, hasta el día de hoy, sigue siendo un referente dentro de la monarquía británica.