El mundo del rock está de luto tras el fallecimiento de John Sykes, reconocido guitarrista británico, a los 65 años debido a complicaciones relacionadas con el cáncer. Su partida deja un vacío en la historia del rock y el heavy metal, géneros a los que dedicó su vida y contribuyó con su distintivo estilo de interpretación.
Una carrera brillante
John Sykes inició su trayectoria musical en 1980 como parte de Tygers Of Pan Tang, una banda de heavy metal que formó parte de la emblemática Nueva Ola del Heavy Metal Británico (NWOBHM). Con ellos grabó dos álbumes: Spellbound y Crazy Nights, trabajos que ayudaron a consolidar su reputación como un guitarrista de gran técnica y carisma.
En 1982, Sykes se unió a Thin Lizzy, reemplazando al guitarrista Snowy White. Durante su tiempo en la banda, participó en el álbum Thunder and Lightning y dejó una huella imborrable con sus solos llenos de energía y sensibilidad. A pesar del éxito, abandonó el grupo en 1984 tras la disolución de Thin Lizzy.
Ese mismo año, Sykes se unió a Whitesnake, banda con la que alcanzó su mayor reconocimiento internacional. Fue pieza clave en el álbum Whitesnake (1987), conocido como 1987 en Europa, que incluyó éxitos como “Here I Go Again” y “Still of the Night”. Su capacidad para combinar melodías potentes con riffs explosivos marcó un antes y un después en la historia del rock.
Un legado inmortal
Aunque dejó Whitesnake poco después del éxito de 1987, Sykes continuó con su carrera musical como solista y líder de la banda Blue Murder, demostrando siempre su compromiso con la música y su habilidad para reinventarse. Su legado incluye una influencia perdurable en generaciones de guitarristas, quienes ven en él una figura icónica del rock.
Hoy, colegas y fans de todo el mundo recuerdan a Sykes no solo por su virtuosismo en la guitarra, sino también por su pasión, creatividad y contribuciones al mundo de la música. Su trabajo continuará inspirando a músicos y amantes del rock por muchos años.
Descanse en paz, John Sykes, un verdadero héroe del rock.