China planea reducir significativamente la cantidad de películas de Hollywood que entran a su mercado, como respuesta directa al incremento de aranceles por parte de Estados Unidos. La medida se interpreta como un nuevo capítulo en la guerra comercial entre ambas potencias, que ahora extiende sus efectos al terreno cultural y del entretenimiento.
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Durante años, las producciones estadounidenses han dominado las taquillas chinas, convirtiendo a ese país en un mercado clave para los grandes estudios. Sin embargo, esta decisión podría marcar un giro radical, limitando las ganancias de Hollywood en territorio asiático y abriendo espacio para nuevas propuestas internacionales.

De acuerdo con fuentes cercanas al Ministerio de Cultura chino, la intención es priorizar la importación de películas provenientes de Europa, Asia y América Latina, con el objetivo de diversificar su oferta cultural y reducir la dependencia del cine estadounidense.

La noticia ya genera reacciones en la industria global del entretenimiento, que observa con atención cómo las tensiones comerciales empiezan a influir en las dinámicas de distribución, audiencias y contenido cinematográfico a nivel mundial.