Akira Toriyama, creador de Dragon Ball, tenía claro desde la introducción de Gohan que el hijo de Goku sería el gran protagonista de la segunda mitad de la serie. Sin embargo, su enfoque no fue repentino, sino que fue otorgándole más relevancia gradualmente, especialmente durante la saga de Cell, donde Gohan brilló en su máximo esplendor. Aunque su arrogancia en el combate contra Cell tuvo consecuencias, su papel como héroe quedó marcado.
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Con el tiempo, en la saga de Majin Buu, Gohan ya era un joven adulto que asistía al instituto y actuaba como justiciero enmascarado, un giro que devolvía a la serie un tono más aventurero. Sin embargo, este enfoque no duró mucho.
A pesar de la frescura de esta trama, muchos fans extrañaban las batallas épicas y las escaladas de poder características de Dragon Ball Z. Pero la decisión de Toriyama de dejar a Gohan en un segundo plano no se debió a la recepción del público, sino a un motivo más personal.
Según revelaron los editores Kazuhiko Torishima, Yu Kondo y Fuyuto Takeda, Toriyama se cansó de dibujar escenas con muchos personajes, especialmente durante la etapa de Gohan en el instituto y como superhéroe. Este agotamiento lo llevó a cambiar abruptamente el rumbo de la historia, volviendo a enfocarse en tramas de acción y devolviendo a Goku al centro de la narrativa.
Este giro no fue inusual en Toriyama, quien ya había demostrado en varias ocasiones su disposición a alterar el enfoque de su obra según sus preferencias creativas. Así, Gohan quedó relegado a un papel secundario, pero su legado como protagonista temporal sigue siendo recordado por los fans de la serie.
