El Comité de Emergencia Rotario de Guatemala (CER) reconoció la labor de las instituciones y empresas que contribuyeron con las acciones para atender a las personas que resultaron afectadas por el impacto del huracán Julia, que dejó daños y pérdida de vidas en la región.
El ciclón ingresó el 9 de octubre a Nicaragua como huracán categoría 1, pasó como tormenta tropical por El Salvador y se disipó en Guatemala.
En medio de la tragedia, el apoyo fue crucial para las poblaciones afectadas. Por eso, el pasado 8 de diciembre el CER realizó un evento para agradecer a quienes contribuyeron para brindar respuesta a los damnificados.
Juan Pablo Hurtarte, presidente del comité, explicó que se implementaron labores de parte de un grupo de directores rotarios que, de forma organizada, gestiona ayuda para los sectores con más necesidad.
Agregó que, gracias al apoyo de los clubes de Guatemala y los clubes Rotarios de Los Amates, Puerto Barrios, Cobán y Escuintla, se logró apoyar a la zonas afectadas.
Las empresas e instituciones que fueron reconocidas por el Comité de Emergencia Rotario son: Aeroclub de Guatemala, Cemaco, Calzado Cobán, Cropa, Fundación Sigma Q, Isabel Gutiérrez de Bosch Foundation, Interservicios, Supermercados La Torre, Luis Vohn Ann Foundation, PriceSmart, Prensa Libre, Rotary Club Guatemala de la Asunción, Rotary Club Ciudad de Guatemala, Rotary Club Guatemala del Este, Rotary Club Guatemala Vista Hermosa y Unicef.
Impacto de los desastres naturales en Guatemala
La Ing. Mireya Archila, directora ejecutiva de GEOAMBIENTE, explicó que Guatemala basa su vulnerabilidad ante la ocurrencia de desastres en la conjunción de dos factores geológicos y geográficos y de su interacción en un momento dado.
Mencionó que entre las emergencias que pueden darse se encuentran los huracanes, depresiones tropicales, tormentas, oleajes, precipitaciones intensas de corto tiempo e inundaciones.
Acciones ante huracanes y otras emergencias
Archila dio a conocer los factores que se requieren para promover una verdadera prevención de desastres, o por lo menos una reducción en los daños y pérdidas.
Enfatizó que este es un tema de voluntad política y decisión, pero que se puede empezar por lo básico, tomando en cuenta la responsabilidad gubernamental y municipal para contar con:
- Ordenamiento territorial para hacer un uso responsable del suelo.
- Un adecuado manejo de cuencas y/o regiones geográficas.
- Generación de la institucionalidad para el análisis y gestión del riesgo.
- Educación integral para el conocimiento del entorno, la vulnerabilidad y riesgo.
- Implementación de Sistemas de Alerta Temprana.