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En la caravana ciclística hay un comisario que tiene una tarea de gran importancia sobre la ruta, misión por lo que es conocido como “la chismosa”. Se trata de uno de los comisarios nacionales que viajan en la Vuelta Ciclística a Guatemala.
Josué Esquit tiene tres años de ser “la chismosa”. Su tarea es tomar los tiempos de diferencia entre el grueso del pelotón y ciclistas que puedan ir escapados. Sus herramientas son un cronómetro, un silbato, una pizarra y marcadores de agua de tinta negra.
Los segundos o minutos que haya entre cada grupo es anotado por Esquit en la pizarra que luego se cuelga en la espalda, como si fuera un bolsón, para luego pasar cerca de los pedalistas con el objetivo de que ellos vean el movimiento de la carrera y definan la estrategia a utilizar.
“Nosotros somos los ojos de los ciclistas” dice orgulloso Esquit, quien cuenta que en una ocasión, en los tres años de experiencia, tuvo un inconveniente. En plena competencia, por las prisas para movilizarse, se le cayeron los marcadores y no tenía repuesto. Después de algunos minutos de angustia consiguió uno, no sin antes haber recibido una reprimenda.
Los comisarios
En la caravana los comisarios se caracterizan por llevar chumpas de color amarillo con motivos negros, y según su tarea, llevan banderas, cronómetros o silbatos. Francisco Méndez está por primera vez en la Vuelta a Guatemala y explica la importancia de la comunicación por radio.
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Méndez es uno de los que se adelanta a la caravana para observar obstáculo o baches grandes que puedan afectar a los ciclistas. La información la traslada de inmediato por la frecuencia interna que escuchan los comisarios internacionales y el resto de los nacionales.
Héctor García, comisario nacional y acreditado como internacional explica que para ejercer su profesión son capacitados y luego comienza con eventos locales para tomar experiencia.
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Que un vehículo se conduzca por delante de un ciclista para romperle el viento o que se jale a un pedalista fingiendo que se le da un pachón son las infracciones que ellos observan y reportan al final de la etapa con los comisarios encargados.
La misión de los comisarios es prevenir o reportar las infracciones al reglamento en que incurran los ciclistas, que muchas veces no son captadas por las cámaras, pero que tampoco pueden quedar impunes.
