Un nuevo varapalo judicial para el Barcelona ocurrió este miércoles, luego de que el Tribunal Supremo de España decidiera mantener la pena de 21 meses de cárcel para Lionel Messi por fraude fiscal.
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El Supremo desestimó gran parte del recurso presentado por Messi y su padre contra la condena impuesta en julio de 2016, por defraudar 4.16 millones de euros de los ingresos por derechos de imagen entre 2007 y 2009 a través de un entramado societario.
Los magistrados confirmaron también la multa de 2.1 millones de euros, aunque rebajaron la pena a su padre, como cooperador necesario, de 21 a 15 meses de cárcel y de 1.6 millones a 1.3 millones de euros de multa.
En cualquier caso, el ingreso en prisión de ambos será probablemente suspendido de acuerdo con la ley española, al tratarse acusados sin antecedentes y de crímenes no violentos con penas inferiores a dos años.
Conocimiento del jugador
Los cinco magistrados del tribunal mantuvieron el criterio expuesto en primera instancia por la Audiencia de Barcelona conforme el futbolista de 29 años, a pesar de alegar desconocimiento de la gestión de su fortuna, actuó con dolo.
"No resulta acomodado a lógica admitir que quien percibe importantes ingresos ignore el deber de tributar por ello", afirma el Supremo en su sentencia.
"Quien constata que no abona nada en absoluto a Hacienda como tributo, pese a la elevada percepción de concretos ingresos (los derechos de imagen), sabe que está defraudando ilícitamente", insiste el tribunal.
La trama defraudatoria se remonta a 2007 cuando la familia de un joven Messi que ya despuntaba en el Barça intentaban distanciarse de su exrepresentante, Rodolfo Schinocca, a quien acusaban de haberse quedado con los ingresos del futbolista.
Ayudados por unos asesores fiscales de Barcelona, organizaron una red de sociedades en Reino Unido, Suiza, Belice y Uruguay para explotar la fortuna de la joven promesa fuera del alcance de Schinocca.
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A pesar de sus 20 años, Messi ya firmaba millonarios contratos de imagen con Adidas, Konami, Pepsi o Danone siempre a nombre de estas sociedades a las que habían simulado ceder la explotación de sus derechos de imagen.
El dinero circulaba lejos del radar del fisco español con destino final a una sociedad uruguaya cuyo accionista único era el futbolista.
En 2013, una fiscal de Barcelona abrió una investigación que terminó en junio de 2016 con Messi y su padre en el banquillo de los acusados.
Aunque durante la instrucción del caso la fiscal cambió de opinión y defendió la inocencia del astro, este fue finalmente juzgado por la acusación de la Abogacía del Estado, representante de la Agencia Tributaria.
"Yo me dedicaba a jugar al fútbol, confiaba en mi papá y en mis abogados y no tenía ni idea de nada", dijo Messi ante el tribunal.
Pero para el Supremo, haber delegado la gestión de su fortuna en otras personas no le exime de responsabilidad, aunque se mostró sorprendido de que ninguno de sus asesores fiscales hubieran sido acusados.
Otro golpe para el Barcelona
Messi, considerado por la revista Forbes el segundo deportista con más ingresos del mundo, solo por detrás del astro portugués Cristiano Ronaldo, es el caso más relevante de un numeroso grupo de futbolistas acusados de fraude fiscal en España.
Su compañero en el Barça y en la selección argentina, Javier Mascherano, fue condenado por un fraude de 1.5 millones de euros. Muchos otros están bajo sospecha: los exazulgrana Dani Alves, Alexis Sánchez o Adriano Correia, el colombiano Radamel Falcao o el español Xabi Alonso.
A esto hay que sumar los problemas judiciales de su club, próximamente objeto de juicio por una querella de un fondo brasileño, expropietario parcial de Neymar, que se sintió estafado por su traspaso del Santos al Barça.
Se sentarán en el banquillo el mismo futbolista, sus padres, el presidente Josep Maria Bartomeu y su antecesor Sandro Rosell, detenido el martes por otra causa de presuntas comisiones ilegales relacionadas con los derechos televisivos de la selección brasileña de fútbol.