Un Paris Saint-Germain (PSG) sin Neymar fue muy poco rival para un Real Madrid que en la Champions League encuentra su escenario ideal para brillar.
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Los parisinos, que llegaban al partido de vuelta de los octavos de final con una desventaja de tres goles a uno, padecieron la experiencia del equipo blanco y naufragaron en sus aspiraciones de dar el salto de calidad definitivo en Europa.
Por el otro lado, el Madrid, liderado por un letal Cristiano Ronaldo y por un inspirado Marco Asensio, manejó el partido con mucha madurez y supo golpear en los momentos apropiados, certificando sin demasiados sobresaltos su pase a cuartos y refrendando su condición de favorito. Después de todo, se trata del vigente bicampeón del torneo.
La primera parte vio a ambos equipos cautelosos; estudiándose y cuidando la pelota para evitar ser pillados en contragolpe. La más clara la tuvo Karim Benzema, que no pudo definir en un mano a mano contra el guardameta Alphonse Areola. El francés, deslucido y desconectado en todo momento, fue constantemente abucheado por la grada del Parque de los Príncipes.
Pero la pesadilla parisina inició en el complemento. Primero con el gol de Cristiano (51') y luego con la expulsión del italiano Marco Verratti por doble amarilla. El PSG no pudo, pese a empatar transitoriamente el marcador con un gol de rebote de Edinson Cavani (70'), levantarse del golpe anímico y los fantasmas del año pasado regresaron para atormentarle.
El Madrid, en su elemento, celebró además su aniversario 116 con una clasificación en la competición donde mejor se desenvuelve, colocando de nuevo su nombre en el sorteo que el próximo 16 de marzo, en Nyon, dictaminará su siguiente destino.