Dos goles, una asistencia y el Camp Nou rendido a sus pies. Así fue el partido de un Lionel Messi que volvió a ser clave para que el Barcelona clasificara a los cuartos de final de la Champions League.
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El argentino, que desde el primer minuto salió decidido a echarse el equipo al hombro, demostró nuevamente por qué es considerado uno de los mejores jugadores del planeta.
El Chelsea, que llegaba a Cataluña con la ilusión de lograr la hazaña y eliminar a uno de los favoritos del torneo, poco pudo hacer para revertir la “magia”del capitán blaugrana, que cuando está enchufado parece ser indetenible.
La ida en Stamford Bridge había acabado con un empate a uno, por lo que los ingleses, liderados por el belga Eden Hazard y el brasileño Willian, todavía llegaban con chances de clasificar. Messi, sin embargo, dejó clara su presencia desde el inicio del encuentro.
Apenas habían transcurrido dos minutos y el argentino ya había puesto en ventaja al Barça. Una jugada desde la derecha le dejó la pelota al “10”, quien sin ángulo y con su pierna mala sacó un remate que se coló entre las piernas del portero Thibaut Courtois (2').
Los londinenses no se achicaron y se volcaron al ataque en busca del empate, pero la arriesgada apuesta ofensiva de Antonio Conte dejó muchos espacios que fueron aprovechados por el hábil mediocampo del Barcelona.
Así llegó el 2-0. Con las líneas del Chelsea muy adelantadas, un balón robado por Messi en campo rival le permitió dejar mano a mano al joven Ousmane Dembélé, quien con un potente trallazo le dobló las puntas de los dedos a Courtois y aumentó la ventaja culé (19'). El gol del extremo galo no solo significaba la tranquilidad para los de Ernesto Valverde, sino también una inyección anímica importantísima para Dembélé, cuya breve etapa como jugador azulgrana ha estado empañada por las lesiones.
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El complemento fue un calco del primer tiempo: un Chelsea entregado al ataque, desesperado por encontrar el gol que le permitiera regresar al partido, y un Barça expectante, listo para dar el golpe letal y sentenciar la llave.
Messi cerró su actuación brillante con un gol más, tras una eléctrica arrancada que dejó desparramados a los centrales londinenses y un disparo que evidenció la inseguridad de Courtois (63').
Para el Chelsea, queda la decepción de saber que tres de los cuatro goles que recibió en la eliminatoria, en la que no jugó mal, fueron por errores propios.
Para el Barça, último clasificado a los cuartos de final (tras el Bayern Múnich, la Juventus, el Liverpool, el Manchester City, el Real Madrid, la Roma y el Sevilla) toca ahora esperar el sorteo del viernes, donde conocerá a su rival para la próxima ronda.