Alfredo Ajpacajá cerró con gloria la edición 58 de la Vuelta Ciclística a Guatemala en el Parque Erick Barrondo, donde culminó esta competencia y donde fue recibido como el campeón de esta competencia.
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El nacido en Totonicapán, del equipo Decorabaños, fue esperado con toda la pompa y el festejo que se merecía en la meta, la cual cruzó no montado en su bicicleta, sino en hombros y ondeando la bandera de su departamento.
Lleno de gloria, con abrazos de su esposa y su pequeño, el ciclista estaba listo para coronarse en el podio y colocarse como el sucesor del también guatemalteco que ganó el año pasado, el quetzalteco Manuel Rodas. Pero hubo un ínfimo detalle.
Apellido mal escrito
Sin embargo, hubo un pequeño detalle que pasó desapercibido. El nombre del campeón y también premiado como el mejor guatemalteco de la Vuelta 58, estaba mal escrito.
“Alfredo Alcapaja” fue escrito en la plaqueta del trofeo que distingue al ciclista totonicapense.
La imposición del maillot amarillo, de campeón, el sonido dulce de la marimba y los gritos incesantes del público presente, hicieron que este ínfimo detalle, debido al tamaño de las letras, no tomara relevancia.
Pero esto pudo evidenciarse al momento en que el campeón besó la copa. Un detalle imperdonable para los organizadores de este gran evento deportivo.