Dirigentes de River Plate, Boca Juniors y la Conmebol, fijaron este martes una nueva fecha para la final de la Copa Libertadores, y confirmaron que no se jugará en Argentina.
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Tras varias horas de discusión, todas las partes estuvieron de acuerdo en que el partido se jugará el "8 o 9 de diciembre, en horario y sede a definirse por la administración de la Conmebol a la mayor brevedad (sujeto al fallo del Tribunal Disciplinario", explicó la entidad en un comunicado de prensa.
Luego de que jugadores de Boca resultaron con heridas y daños en los ojos por los gases lacrimógenos, Boca presentó un escrito ante el Tribunal de Disciplina de la Conmebol reclamando que se le de por ganada la final.
El fallido operativo de seguridad derivó en la renuncia este lunes del ministro de Seguridad de Buenos Aires, Martín Ocampo.
LosPuntos que destaca la Conmebol
- Artículo 35 (reglamento Conmebol Libertadores 2018): Establece "En caso de mediar alguna dificultad o imposibilidad para disputar un partido en la sede, fechas y horarios estipulados, quedará al exclusivo juicio de la Conmebol adoptar las modificaciones que considere pertinentes. La Conmebol podrá a su criterio modificar fechas y horarios, cuando lo considere prudente o necesario. También podrá cambiar la sede del encuentro como alternativa de solución".
Por consiguiente, la Conmebol ha resuelto:
- a. "El partido de vuelta de la Final Conmebol Libertadores, edición 2018, se llevará a cabo entre los días 8 y 9 de diciembre, en horario y sede a definirse por la administración de la Conmebol a la mayor brevedad. (Sujefo al fallo del Tribunal Disciplinario)
- b. Conmebol se hará cargo de los gastos de viaje, hospedaje, alimentación y traslado interno, de hasta 40 personas por delegación.
- c. La Conmebol establecerá las coordinaciones de seguridad con las autoridades correspondientes", explicó la entidad, luego de la reunión de este martes.
Horas antes, el presidente argentino, Mauricio Macri, había cuestionado el operativo policial al señalar que "las fallas" en el sistema judicial y de seguridad posibilitaron los desmanes.
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Aproximadamente dos mil efectivos policiales y de otras fuerzas como gendarmería y prefectura fueron desplegados en el operativo el sábado para el River-Boca.
El ataque con piedras y palos dejó a varios jugadores de Boca afectados, entre ellos el capitán Pablo Pérez, herido en su ojo izquierdo.
Los incidentes obligaron a aplazar en dos ocasiones la inédita superfinal entre los archirrivales de Argentina, de la que estaba pendiente todo el mundo del futbol.
*Con información de AFP