El exjefe del fútbol de Guatemala y exmiembro del comité ejecutivo de la FIFA, Rafael Salguero, de 72 años, se declaró culpable de aceptar sobornos ante la justicia estadounidense, y será sentenciado este jueves por una jueza en Nueva York.
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Acusado en 2015 de integrar una asociación criminal para delinquir, dos cargos de conspiración para cometer fraude bancario y conspiración para lavar dinero, se declaró culpable de los cuatro delitos y está en prisión domiciliaria en Estados Unidos.
Enfrenta una pena máxima de 20 años de cárcel por cada uno, pero por su cooperación con la fiscalía posiblemente reciba una sentencia mucho menor.
Salguero es uno de los acusados del FIFAGate, el escándalo develado por el gobierno estadounidense que acusó a 42 personas y a empresas deportivas de 92 delitos y de aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos.
Se declaró culpable el 27 de octubre de 2016 en una audiencia a puertas cerradas con la jueza Pamela Chen, que preside el caso FIFAGate en la corte federal de Brooklyn.
Pero la transcripción de lo que pasó ese día en la sala recién se conoció este martes, cuando se desclasificó la transcripción, aunque partes de la misma fueron tachadas para impedir la lectura de ciertos países o nombres.
Como parte de su acuerdo de culpabilidad con la fiscalía, Salguero acordó devolver 168.000 dólares recibidos en sobornos, según los documentados judiciales.
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En la audiencia, Salguero debió explicar a Chen por qué es culpable.
Dijo que como expresidente de la Fedefut intercedió en 2009 y 2010 ante el entonces presidente, Brayan Jiménez, para que aceptara sobornos de la empresa deportiva Media World a cambio de los derechos de televisación y marketing de partidos de la selección guatemalteca clasificatorios de la Copa del Mundo. Por esto cobró 20.000 dólares.
También contó que aceptó 100.000 dólares en sobornos para otorgar derechos para varios torneos de fútbol a Full Play, la empresa de los argentinos Mariano y Hugo Jinkis, un plan que integraron también Alfredo Hawit, presidente de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), y Ariel Alvarado, jerarca de la misma confederación.
Y relató que en 2010, durante un vuelo en avión de México a Guatemala, intentaron sobornarlo ofreciéndole cientos de miles de dólares de "un italiano muy rico" para que como miembro ejecutivo de la FIFa votase a favor de un país (tachado en la transcripción judicial) para la Copa del Mundo de 2018.
Finalmente Salguero votó por ese país, e intentó recibir el dinero, pero nunca lo consiguió.
Reveló asimismo que revendió entradas que compró como jerarca para las Copas del Mundo de 2006, 2010 y 2014, embolsándose ilegalmente 40.000 dólares.