Durante la semana previa al Super Bowl LIII que el domingo (17:30 horas) jugarán los Patriots de Nueva Inglaterra y los Rams de Los Ángeles, temperaturas entre los -2 y los 13 grados han marcado el ambiente en Atlanta.
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Aunque esto no será un problema para el desarrollo del encuentro ya que el Mercedes-Benz Stadium cuenta con el techo retráctil más moderno de todos los estadios en Estados Unidos, y se mantendrá cerrado para mantener un ambiente cálido.
De cualquier forma, los aficionados locales y visitantes han experimentado mientras que se desplazan por la calle el fuerte frío que es acompañado por algunas ráfagas de viento.
Se espera que para el Súper Domingo hayan cielos despejados, con una máxima de 13 grados y una mínima de 3.
"Han tenido suerte, nevó la última vez hace dos semanas", dijo Paul Kensington, un aficionado que vive en el Condado de Fulton, muy cerca del centro de Atlanta.
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El clima frío, en teoría, favorecería al juego de los Patriots, que en su casa, el Gillette Stadium han jugado partidos bajo la nieve y un ambiente muy frío propio de la zona este de Estados Unidos.
Los Rams, cuya sede está en la costa oeste, tendrían esa desventaja de no ser por el moderno sistema de calefacción del Mercedes-Benz Stadium.
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Lejos del "Ice Bowl"
De acuerdo con los registros de la liga, la edición del Super Bowl que se jugó con la temperatura más baja fue la XXXV, en 1967, la cual fue disputada por los Cowboys de Dallas y los Packers de Green Bay, entonces conocida como el partido de Campeonato de la NFL.
En el Lambeau Field, casa de los Packers, lugar conocido por el intenso frío que acompaña la acción de los partidos, en esa ocasión se registró una temperatura de -25 grados en el momento de la patada inicial y que con el fuerte viento marcó una sensación térmica de -44.
El juego y el cetro lo ganaron los Packers con un marcador de 21-17.