En vez de ser vista con buenos ojos tras el pronto fracaso de la Superliga, la nueva Champions League ha recibido fuertes críticas de parte de los principales actores del futbol, que han dicho que la UEFA no se preocupa por ellos.
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Al desvelar la futura Liga de Campeones el 19 de abril, unas horas después del lanzamiento sorpresa de la Superliga por parte de 12 de los clubes más potentes del continente, la UEFA sabía que el ‘bombazo informativo’ eclipsaría su “nuevo y excitante formato”.
Pero el rápido fracaso del proyecto de escisión, dos días más tarde de su anuncio, no ha supuesto un mayor interés por el paso de la competición reina de 32 clubes a 36, con 100 partidos suplementarios y un minicampeonato inspirado en los torneos de ajedrez para reemplazar el actual formato de fase de grupos.
“Cada vez más partidos, ¿nadie piensa en nosotros los jugadores? El nuevo formato de la Liga de Campeones es el menor de los males comparado a la Superliga”, señaló el internacional alemán del Manchester City Ilkay Gundogan.
Su técnico, Pep Guardiola, ironizó ante la prensa: “Quizás tengamos que solicitar a la UEFA y a la FIFA prolongar el año, a lo mejor podemos tener 400 días por año”.
Los intereses detrás de la reforma
“Cada temporada es parecido, los jugadores adoran jugar, pero se lesionan. La UEFA lo sabe, claro, ¿pero se preocupa? Sin duda no”, añadió.
La misma opinión tiene el técnico del Liverpool, Jurgen Klopp: “Las únicas personas que no son nunca consultadas son los entrenadores, los jugadores y los aficionados”.
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En la víspera de empatar 1-1 en la ida de semifinales de la Champions ante el Real Madrid, el técnico del Chelsea, Thomas Tuchel, dijo “no estar para nada contento” con el nuevo formato.
Antes de presentar la reforma al público, la UEFA maniobró durante meses, pero sin un debate público. Como habitualmente, negoció entre bambalinas con European Leagues, la asociación que representa a una treintena de campeonatos, y sobre todo con la potente Asociación Europea de Clubes (ECA).
Oficialmente la UEFA no tiene intención de hacer cambios en el nuevo formato -a excepción de la posible creación de una ‘Final 4’, con semifinales y final reagrupadas-, y ahora quiere concentrarse en el reparto de los ingresos y la comercialización de los derechos de televisión.