La selección de Alemania, que debutó este miércoles en el Mundial de Catar, llamó la atención al hacer un gesto peculiar previo al partido ante Japón, en el inicio de la actividad del grupo D. Y es que los jugadores se taparon la boca con la mano cuando posaron para la fotografía de grupo. El gesto es una forma de protesta contra la amenaza de sanciones deportivas de parte de la FIFA para evitar que e utilice el brazalete “One Love” durante la competición.
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Las siete federaciones europeas, incluida Alemania, que planearon llevar un brazalete de colores contra las discriminaciones renunciaron el lunes por la amenaza de “sanciones de deportivas” de la FIFA que no fueron precisadas. Una posición muy criticada en Alemania, donde mucha gente pidió a sus futbolistas desafiar la prohibición.
Alemania a la FIFA
Cabe mencionar que la Federación Alemana de Futbol (DFB) respondió este miércoles a las amenazas de sanciones, escribiendo en Twitter que “los derechos humanos no son negociables”, con motivo del primer partido de la Mannschaft en el Mundial 2022, contra Japón.
“Prohibirnos llevar el brazalete es impedirnos hablar. Nuestra posición está clara”, escribió en Twitter la DFB en el inicio del partido. Estas declaraciones explican por qué los jugadores se taparon la bota con la mano.
Los alemanes prepararon bien un gesto simbólico coordinado. En la tribuna, la ministra del Interior encargada de Deportes, Nancy Faeser, lució el famoso brazalete inclusivo “One Love” que no querían los organizadores. Compartió la foto en Twitter y luego se puso una prenda de abrigo.
Casi al mismo tiempo, la Federación Alemana enviaba un comunicado, compartido en las redes sociales: “Con nuestro brazalete de capitana, queríamos mostrar los valores en los que vivimos en el seno del equipo nacional: diversidad y respeto mutuo”.
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“No se trata de un mensaje político: los derechos humanos no son negociables. Eso debería ser una evidencia. Desgraciadamente no siempre es así. Es por eso que este mensaje es tan importante para nosotros. Prohibirnos llevar el brazalete es impedirnos hablar. Nuestra posición está clara”, según el texto.
Desde que obtuvo en 2010 la organización del torneo, Catar ha tenido que enfrentarse a numerosas críticas y acusaciones referentes a los derechos humanos, especialmente los de las personas LGBTQ+.
En este pequeño país conservador musulmán, las relaciones sexuales fuera del matrimonio y la homosexualidad son delitos. Las autoridades cataríes insisten en que “todo el mundo es bienvenido” al torneo.
*Con información de AFP / Fotos: Getty Images