Hasta ahora el único equipo inglés en haber ganado en 1999 campeonato, Copa y Liga de Campeones la misma temporada, el Manchester United buscará impedir en la final de la Copa de Inglaterra que su rival y vecino City pueda optar a su propio triplete el sábado, en Wembley.
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En la primera final de la historia de la Copa que enfrentará a los dos equipos de Mánchester, los Red Devils podrán arrebatarle uno de los tres títulos a los Sky Blues, garantizando que su gesta seguirá inigualada. En caso de derrota, tendrán que confiar en que el Inter de Milán gane la final de la Liga de Campeones una semana más tarde, en Estambul.
Manchester United quiere recuperar protagonismo
La tarea del United se anuncia complicada, incluso a pesar de haber finalizado una temporada positiva, garantizando el podio a pesar de la distancia con City y Arsenal y logrando ganar la Copa de la Liga en febrero.
El ‘milagro’ de 1999, cuando el equipo de Alex Ferguson se hizo con el campeonato en la última jornada, se dejó un episodio todavía más increíble en la final de la Liga de Campeones, remontando al Bayern Múnich en el tiempo adicional (2-1), uno de los mayores logros de la historia del fútbol inglés.
Erik ten Hag, que ha traído de vuelta la calma al equipo años después, es consciente de que el desafío simbólico es casi tan importante como el reto meramente deportivo.
“Lo daremos todo, y cuando digo todo, es todo”, para derrotar al City, prometió a finales de abril, después de vencer en semifinales al Brighton.
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“Entiendo evidentemente lo que los aficionados sienten al respecto (…). Podemos hacerlo. No será fácil, sin embargo, es un gran equipo, pero nosotros tenemos también un gran equipo”, insistió.
A título personal, después de haberse convertido en el segundo entrenador en ganar un trofeo en su primera temporada como entrenador del United, lograr vencer al City en Wembley enviaría un mensaje sobre su ambición de entrar seriamente en la pelea por el título la próxima temporada.
Por su parte, el City desprende desde hace cuatro meses una impresión de potencia imparable, que le ha permitido enlazar victorias en campeonato para doblegar al Arsenal, que había liderado la carrera por el título durante gran parte de la temporada.
Coronado campeón a falta de tres jornadas para el final de la temporada, por quinta ocasión en seis años, Pep Guardiola pudo gestionar el fin de la temporada afilando su estrategia de cara a las dos finales, que podrían elevar su palmarés ya de por sí repleto a una nueva dimensión.
Guardiola quiere dar el golpe sobre la mesa
Contra su vecino, al igual que contra el Inter en Liga de Campeones, su equipo tendrá el estatus de favorito, algo a lo que está acostumbrado pero que no le deja ningún margen de maniobra ante una opinión pública muy crítica ante el más mínimo fallo.
El español, que asistió a Old Trafford para ver la cómoda victoria de los Red Devils (4-1) contra el Chelsea en la penúltima jornada, tiene muy presente la derrota por 2-1 en campeonato encajada en enero.
“Estuve muy impresionado (por el partido contra Chelsea) y empecé a examinar de nuevo lo que hicieron contra nosotros en Old Trafford”, explicó la semana pasada.
“Debemos ser prudentes. Habría sido prudente de todas maneras pero después de sus partidos recientes vamos a prepararnos lo mejor posible”, añadió.
Las miradas estarán fijas inevitablemente sobre Erling Haaland, jugador que ha coleccionado récords y títulos a mejor jugador de la temporada, otorgados por la prensa y por los jugadores.
A pesar de sus 52 dianas anotadas entre todas las competiciones, el noruego estuvo discreto durante el partido de vuelta en el campeonato, después de haber anotado un hat-trick durante un 6-3 memorable en la ida, durante los primeros pasos de Ten Hag en el United.
Discreto también en la semifinal de Liga de Campeones contra el Real Madrid, Haaland buscará brillar en estas finales, para hacer brillar todavía más una primera temporada memorable desde cualquier punto de vista posible.