Salma Hayek no tuvo unos inicios profesionales fáciles: por ser mujer y árabe-mexicana, "todo el mundo se reía" de su sueño de ser actriz, afirmó este martes en Cannes, lanzando un duro alegato contra el sexismo en Hollywood.
"Era la única mexicana y latina en la escuela de arte dramático, excepto por Benicio del Toro, que es puertorriqueño, es decir, medio estadounidense, y es un hombre. Nadie se reía de él. También se reían de mí en México (…) Así como todos los agentes y todos los estudios" de cine.
La actriz ("Frida", "Desperado") cargó contra las actitudes machistas de la meca del cine estadounidense, donde menos del 7% de las películas son dirigidas por mujeres.
"Es verdad que si eres bella puedes obtener papeles más fácilmente, pero es muy violento tener que asumir que si eres bonita eres forzosamente estúpida". Y en Hollywood, "si se dan cuenta de que eres inteligente, entonces su cólera se multiplica".
Para muchos, las actrices son como objetos
"Dicen 'traigamos a un mono' y el mono viene y dicen 'oh, a lo mejor haremos dinero con él'. Entonces un día ven que el mono sabe contar y dicen '¡Maten al mono!'".
Productores y otros pesos pesados de Hollywood "no se dan cuenta de que las mujeres somos un gran poder económico. No entienden que somos una audiencia enorme", dijo la actriz, que estuvo nominada a un Óscar por su papel en "Frida".
Aunque aplaudió que en Europa la situación de las mujeres en el mundo del cine sea más favorable, sobre todo en Francia donde una de cada cuatro películas son dirigidas por ellas, Hayek no se abstuvo de criticar también el Festival de Cannes.
"En 70 años de Festival de Cannes, solo una mujer ganó la Palma de Oro y solo obtuvo la mitad de ella, puesto que tuvo que compartirla con un hombre", declaró.
La neozelandesa Jane Campion se alzó en 1993 con el máximo galardón del certamen por su película "El piano", ex aequo con el chino Chen Kaige por "Adiós a mi concubina".