Hace más de siente años, Demi Lovato entró en rehabilitación por un altercado que tuvo con una bailarina en la gira de la película Camp Rock 2.
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Desde entonces la cantante ha intentado mantener una relación muy cercana con sus seguidores.
En cada oportunidad que tiene comparte con sus fans su experiencia con enfermedades como bulimia y bipolaridad.
Un nuevo comienzo
Pese a que durante su adolescencia sufrió el grave problema de los trastornos alimenticios, ha superado esa etapa y aprendió a sentirse orgullosa de su cuerpo.
El pasado 19 de enero reveló que está lista para otro paso en su camino a la sanidad.
"No voy a privarme más de comer (con moderación) y, no voy a mentir, he engordado un par de kilos desde que he dejado de hacer dieta pero he dejado atrás el estrés crónico sobre lo que como porque no quiero dar ese ejemplo a mis fans. No más vergüenza por lo que como"
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Sus palabras han sido aplaudidas por su fans, que ven en ella la prueba de que pueden sentirse a gusto consigo mismas.
Duros momentos
En su reciente documental "Simply Complicated" confesó que aún batalla con sus problemas alimenticios, que incluyen atracones de comida, vómitos y purgas.
Incluso, aceptó haber recaído después de terminar su relación con el actor Wilmer Valderrama, en 2016.
"Cuando estaba en una relación con Wilmer pasé tres años sin purgarme y, cuando terminamos, esa fue una de las primeras cosas que hice", confesó.
"Mientras menos tenga que pensar en comida, es más fácil tener una vida normal, y no quiero decepcionar a nadie, así que cuando tengo momentos en los que me resbalo, me siento muy avergonzada. Lo que inició la recaída fue extrañar a Wilmer. Cuando me siento sola, mi corazón siente hambre y termino comiendo todo".
Sin embargo, la actriz se levantó e hizo del ejercicio su nuevo mantra, en especial las artes marciales.