Espectáculos

Personalidades de la farándula guatemalteca revelan cómo le entregaron el anillo a sus parejas

A continuación te compartimos cinco increíbles historias de amor que se dieron dentro de la farándula guatemalteca, las cuales llegaron hasta el altar.

Nuestros invitados nos cuentan en el Día del Cariño cómo les pidieron matrimonio a sus parejas.

Carlos Peña y Christa García

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La relación de la modelo y el cantante inició hace más de seis años. Carlos confiesa que para pedirle matrimonio a Christa, se la llevó a ella y a su familia a París, Francia. “Cuando estábamos en la punta de la torre Eiffel, me hinqué y le pedí que se casara conmigo”, confiesa el intérprete.

Javier Barahona y Paula Alonso

La pareja se conoció en una conferencia de prensa en 2012, intercambiaron números de teléfono y meses después se hicieron novios. “Para nuestro primer aniversario me llevó al teatro de Don Juan, el cual teníamos solo para nosotros. Me cantó y luego me dijo que buscara una butaca en especial, la cual tenía un papelito que decía: ‘¿Te quieres casar conmigo?’ Fue una noche mágica”, afirma la modelo.

Fito Méndez y Kitty Falla

Los cantantes se conocieron en una academia de música y en 2008 se comprometieron. “Estábamos en Miami visitando a un pariente para Navidad y yo creía que ese sería el gran día, pero no sucedió. El 27 de diciembre alquiló una avioneta por unas horas y en el aire, antes del atardecer, puso el anillo dentro de una copa de champagne y me lo pidió”, recuerda Falla.

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Ana Iris Espósito y Javier Ramírez

El productor y la cantante se comprometieron el 31 de diciembre de 2014. “Estábamos en un crucero en Aruba y él me invitó a subir a la azotea, de repente las personas comenzaron a formar un círculo, en ese momento Javier se hincó y me pidió matrimonio”, explica Ana Iris.

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Aida Estrada y Leo Jaen

La presentadora y el cantante se conocieron en el programa “Combate”, en donde afirman que eran muy buenos amigos. “La entrega del anillo fue muy linda, todo sucedió a la orilla del Lago de Atitlán. Él junto con la Vale, mi hija, organizaron todo.  El muelle estaba decorado con pétalos y luces en forma de corazones, pero fue hasta que subimos a la habitación del hotel donde nos estábamos hospedando que se animó a pedírmelo”, comenta Estrada.

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