Pasito a pasito, suave, suavecito, des-pa-ci-to el cantante puertorriqueño Luis Fonsi, uno de los platos fuertes del Festival de Viña del Mar en su edición de 2018, hizo rugir al “Monstruo” que retumbó, entonó y bailó al unísono su esperada canción, uno de los mayores éxitos internacionales que se recuerdan en la música latina.
No llevaba mucho más de cinco minutos en el escenario y apenas dos canciones cuando el público del Festival de Viña, más conocido como “El Monstruo”, ya pedía a Fonsi que entonara su éxito más rotundo, la canción “Despacito” que pasó de ser el tema del verano austral al boreal durante el 2017, convirtiéndose en un auténtico récord de ventas internacional.
“¿Tan pronto?” afirmó el puertorriqueño, e hizo oídos sordos durante un tiempo a la petición, para hacer desfilar en el escenario ante un público mayoritariamente femenino, heterogéneo en edades (y previamente entregado) una serie de sus grandes éxitos de corte romántico, como “Échame la culpa”, “Imagíname sin ti” y “No me doy por vencido” u otras, entre las que se incluía versiones de éxitos internacionales de otros autores, como “Message in a Bottle”, el tema clásico de The Police o “Estrechez de corazón”, en un guiño al público chileno y a uno de sus grupos más queridos, Los Prisioneros .
Después llegó "Despacito" y no decepcionó: nadie se quedó sentado en su silla.
Fonsi recibió la gaviota de plata y la de oro, los máximos galardones del festival viñamarino, en reconocimiento del cariño del público chileno.
El cantante agradeció que siempre ha sido muy bien recibido en el país (ésta es su quinta vez en este certamen) e invitó a todos a su casa en Puerto Rico al final de unas de sus canciones.
También tuvo palabras y un recuerdo especial para su país, que tras el paso del huracán María en septiembre, atraviesa uno de sus momentos más difíciles mientras trata de reconstruirse.