Greta Gerwig está nominada a un Óscar por Mejor dirección con el filme "Lady Bird", una historia de mujeres protagonizada por mujeres y contada por mujeres.
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Se define más como guionista que como directora, pero es la segunda actividad la que le ha permitido llegar a ser considerada una de las mujeres con más sensibilidad en el cine.
La ahora directora no es nueva en el mundo del cine y la televisión, ya que tiene una carrera de más de diez años y ha realizado trabajos como actriz en "Amigos con derechos", "De Roma con amor", "Jackie" y en series de televisión como "The Mindy Project", entre otros.
Su historia es peculiar, porque empezó como actriz y siguió como guionista para luego entrar al mundo de la dirección.
Durante una pausa por su andar en las actividades previas a la ceremonia del Óscar, que se realizará el próximo 4 de marzo, Greta define cómo es el cine que busca, que no es de ficción, sino más real.
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- ¿Qué tan cerca o lejos estás del feminismo?
— Es complicado, porque el problema de hoy en día es que se cae en los excesos. Creo que para encajar con el núcleo del feminismo moderno, hay que encontrar la forma correcta de combatir y transformar el machismo. Cuando las feministas hablan sobre la posición de la mujer en la sociedad es siempre lo mismo: hombres siendo líderes en todo tipo de profesiones, pero siento que vamos haciendo cambios, aunque aún falta mucho por hacer.
- ¿Dónde recibiste la noticia de tu nominación al Óscar?
— ¡En Los Ángeles! La verdad intenté levantarme temprano, pero no lo logré [risas]. Desperté tarde y fue a través del teléfono que recibí la noticia. Mi primer reacción fue llorar, luego reír y al final grité, incluso hubo un reporte en el hotel de que algo me había pasado… pero sigo en shock.
La mayoría de tus personajes como actriz han sido en la comedia, ¿qué tanto influyó eso en Lady Bird?
— Me gusta sacar cosas buenas de las cosas que no son tan buenas. Lady Bird tiene humor salpicado con drama.
- ¿Que una mujer sea reconocida en cualquier rubro influye en el resto del mundo?
— Por el tiempo en que vivimos, creo que sí influye. Estamos en una etapa donde las mujeres ya no quieren permanecer en silencio y están alzando la voz. Hace poco me enteré que soy la quinta mujer que figura en la lista de los mejores directores en los Premios de la Academia en sus 90 años. Ya imaginarás todo lo que trae consigo esta nominación, que gane o no, ya es un triunfo.
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- ¿Qué consecuencias trae una nominación y, aún más, un posible Óscar?
— No me gusta adelantarme a los hechos, tengo muchos hombres a mi alrededor (nominados), y mi lucha va más allá de eso. Este tipo de nominaciones te abren el campo de acción, te permiten realizar con más facilidad los nuevos proyectos y hay quienes se arriesgan para apoyar tus locuras. Creo que es bueno que estén buscando mujeres, que estén mirando sus carreras, y están viendo todo eso.
- Lady Bird explora esa relación entre madre e hija que es tan difícil de explicar, ¿fue complicado?
— Debo confesar que Lady Bird es como la transcripción de mis diarios de adolescente. Crecí en Sacramento y asistí a la escuela católica, antes de escapar al otro lado del país, a Nueva York, donde sólo quería escribir para teatro. El exponer en la pantalla grande esos cambios en ambas mujeres, de su procesos internos y físicos, sus cargas emocionales, fue difícil pero gracias a Saoirse Ronan (Lady Bird) y Laurie Metcalf (Marion McPherson) se logró.
- ¿Es cierto que tienes la habilidad de tener mucho corazón?
— No puedo confirmarlo ni negarlo, pero lo que sí, es que cada una de mis historias busca hablarle al corazón, así nada más.
*Con información de Gabriela Acosta Silva/MWN