El maestro Joaquín Orellana es uno de los músicos más representativos del país, su nombre ya forma parte de la historia de Guatemala.
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Su gusto musical, según cuenta él mismo, proviene de su familia paterna. Con sus composiciones y útiles sonoros, Orellana ha enriquecido la música, llevando los sonidos nacionales por el mundo.
Su genio es innegable, la concepción y el desarrollo de nuevos instrumentos de la marimba han jugado un rol fundamental en su trayectoria musical. No cabe duda que el maestro ha figurado como pocos en una ovación casi interminable.
“Algunas de mis composiciones son inspiradas en varios misterios de la edad media. A los 17años hice una obra que se llamó ‘Exorcismo para piano’”.
La entrevista
- ¿Qué representa la marimba en su vida?
Representa muchas cosas. Desde pequeño siempre fui una persona muy inquieta, luego me comencé a involucrar en la música e ingrese al Conservatorio Nacional. Siempre he sido una persona autodidacta. La marimba me ha permitido llegar muy lejos, inclusive componer temas de otro mundo (risas).
- La marimba, como instrumento, ¿va en ascenso o cree que se estancó?
Este instrumento forma parte del folclor guatemalteco, por lo que siempre estará estancado. A lo largo de todos estos años se han dado muchos avances en todas las áreas que desemboca. Una de mis últimas piezas (“Sinfonía desde el Tercer Mundo”), creo que le abrió muchas puertas. Espero tener material nuevo próximamente.
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- ¿Cómo podría definir sus obras?
Mi música siempre ha sido subyacente. Actualmente tengo un prestigio con las nuevas generaciones. No es que quiera ser egocéntrico, pero gracias a mi música se han visto varios avances en la marimba.
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“La música es un arte auditivo. Actualmente estoy trabajando en un nueva pieza, la cual condensa los muchos significados que tiene Guatemala”.