El 31 de marzo de 1995, la vida de Yolanda Saldívar cambió cuando asesinó a Selena Quintanilla, quien estaba en la cima de su fama.
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Durante el juicio y tras las pruebas que se presentaron, fue condenada a cadena perpetua.
Sin embargo, en los últimos años ha intentado reducir su castigo o modificarlo alegando que sufre múltiples problemas de salud, pero la petición fue rechazada.
Medios internacionales revelaron que en 2025 ella podrá ser elegida para obtener la libertad condicional, cuando se cumplen 30 años de estar en la cárcel.
La tragedia
Yolanda era presidenta del club de fans de Selena y poco a poco se fue ganando la confianza de la cantante, hasta que quedó como encargada de las boutiques de la Reina del Tex Mex.
Durante su gestión al frente de las boutiques comenzaron las dudas sobre su capacidad, pero ella no hizo caso ni siquiera a la recomendación de su padre, Abraham Quintanilla, de tener cuidado con la mujer.
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A la cantante no le quedó más remedio que despedirla una vez que se supo que había malversado más de 60 mil dólares en cheques.
Pero la mujer tenía registros financieros que Selena necesitaba para su declaración de impuestos y por ello se reunió con ella en un motel de Corpus Christi.
Tras una intensa discusión, Yolanda sacó un revólver de su bolsa y le disparó a la cantante.
Selena intentó huir, pero la bala alcanzó a darle en el hombro derecho y la sangre empezó a brotar sin control. Con las últimas fuerzas que le quedaban alcanzó a llegar al vestíbulo del motel y señaló a la mujer que le había disparado.
La vida de Yolanda tras las rejas ha sido sumamente aislada, pues según aseguran ha recibido amenazas de muerte de otras compañeras.
Abraham contó que su familia sigue recibiendo cartas en las que fans le mandan sus condolencias, e incluso dijo que también le escriben que asesinarían a Yolanda si pudieran.