A pocas semanas de llegar al altar, Dulce María denunció en el programa La Saga que había sido víctima de una estafa.
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La boda con el productor Francisco Álvarez estaba programa para el 19 de octubre.
Durante la charla con Adela Micha, la intérprete aseguró que tuvo una mala experiencia, pues además de que el lugar no contaba con una consagración, se quedaron con el dinero que habían dado como anticipo.
“Teníamos un lugar apartado en Tepoztlán, Rincón Meztitla, y nos dijeron los del lugar que debíamos dar el 100 % del anticipo cuando no debe ser así, se da el 20, 30 o 50 por ciento a lo máximo. Y tuvimos una mala experiencia, se quedaron con nuestro dinero porque no pudimos hacerla ahí, pues resulta que no tienen el lugar consagrado para casarnos, no cuentan con el papel que los acredite. Entonces ahorita no tenemos ni lugar ni fecha", reveló.
Debido a esta mala experiencia la también actriz está otros lugares, y aseguró que sí se casará.
Ellos responden
Ante estas declaraciones, Denise Romero, directora de Jardín Rincón Meztitla, compartió en exclusiva para Quién una carta en la que narra su versión de cómo ocurrieron los hechos, así como documentos que respaldan su explicación.
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La mujer señaló que las negociaciones iniciaron a través del 6 de marzo por medio de la wedding planner, quien les explicó que tenían una exclusividad con una revista y les solicitaba la renta del espacio gratis o con un descuento a cambio de la publicidad.
"Accedimos al descuento y después de eso, ellos nos cancelaron. Nos estaban pidiendo un documento por escrito, una autorización por parte de la iglesia y les conseguimos el documento, se los entregamos y aún así nos cancelaron con ese pretexto", contó Romero.
La organizadora confirmó la fecha, pero no dieron anticipo ni nada. Días posteriores surgieron solicitudes de otros clientes para la fecha requerida, por lo que el jardín notificó a la organizadora, quien ofreció pagar 100% de la renta del lugar para que se les respetara el descuento y la fecha.
Pero al final fueron ellos los que decidieron cancelar.
"Hablé directamente con Paco y me dijo:'No tengo ningún problema contigo, pero si no nos regresas el dinero sí habrá problemas'. Sí me dio miedito y les propuse regresarles el 30% del depósito y para dejar la fiesta en paz les dije que les regresaba el 50 por ciento", explicó.
"Luego me dijo que no, que aceptaban el 30 por ciento que les había dicho y que hacían el civil y que se quedaban con la fecha. Se les hizo llegar el nuevo contrato en el que debido a la cercanía con la fecha de la boda, en caso de cancelación ya no aplicaría devolución alguna. Días después me manda un mensaje la wedding planner para volver a cancelar y fue ahí donde todo estalló", finalizó.