Espectáculos

Charlotte Caniggia destapa sus curvas en sensuales fotos en el desierto

La hija del famoso exfutbolista argentino, Charlotte Caniggia, posó en bikini y sobre una cuatrimoto en el desierto mostrando su curvilíneo cuerpo.

Desde hace algunos meses, Charlotte Caniggia había optado por llevar un perfil más reservado y se distanció momentáneamente de los escándalos y las guerras mediáticas.

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La hija de Claudio Paul y Mariana Nannis suele utilizar su cuenta de Instagram para mostrar su ostentosa vida en Buenos Aires y compartir provocativas imágenes con sus 2 millones de seguidores.

Y ahora, Caniggia cautivó a sus seguidores con una serie de fotos desde las dunas. La modelo posó en bikini y se mostró subida a un cuatricíclo, a punto de emprender viaje sobre el árido paisaje.

Las publicaciones no tardaron en generar suspiros entre sus seguidores y provocó miles de reacciones en cuestión de segundos. Varios de sus seguidores optaron por elogiar su figura ante tales postales compartidas por la hija del exfutbolista.

“Ay no chau, te amo”, “Sos hermosa”, “Tu cuerpazo no puede más” y “Sos fuego”, fueron algunos de los comentarios más destacados. Sin embargo, un detalle llamó la atención de los cibernautas, quienes no dudaron en señalarlo.

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Varios de ellos se burlaron del calzado que ella eligió vestir para las imágenes. Muchos señalaron la incomodidad que significa llevar zapatos de taco para caminar en la arena.

Recientemente, Charlotte confesó un dato íntimo de estas publicaciones sobre la cantidad de fotos que se saca antes de publicar una para sus seguidores.

“300 selfies para subir solamente una” escribió la mediática a través de sus stories de la red social. En la postal se pueden ver la gran cantidad de postales que ella saca antes de elegir cuál de ellas subir.

Encuentros paranormales

En su paso por el show “Divina comida”, Caniggia contó una historia en especial de cuando era chica y vivía en una casa en Italia.

"Me pasaron cosas un montón de veces. Hay una re fea. Cuando era chiquita, en Italia, vivíamos en una casa antigua re grande. Y había dos cuadros, uno de una condesa y otro de un conde. De repente yo estaba jugando al escondite con mi hermano, tendríamos diez años, y escucho atrás mío un hombre que se ríe. Y no había nadie. Fui corriendo a buscar a mi mamá, que cree en todo, y había fantasmas de verdad. También se morían todos los animales. Después nos mudamos", contó la joven.

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