Como muy pocas veces lo hace, Ricardo Arjona decidió abrir su corazón para hablar de él mismo, su vida en Guatemala, anécdotas y una que otro recuerdo no muy grato.
A través de un video llamado “Sesiones de autor”, el cantautor guatemalteco contó detalles íntimos inspirados en el tema “Yo me vi”, afirmando que este es un reflejo de cómo su vida pasó de la necesidad y el anonimato a la atención y los lujos.
“…’Yo me vi’ me hace sentir tan orgulloso y tan desintoxicado de mí cuando lo expongo todo, incluso lo malo, llamarme a mí un ‘maniquí’, es una manera de burlarme de mi realidad pero creo que es un lujo importante como autor poder señalarlo, como quien lo hace frente al espejo pero no se lo dice a nadie, todas las cosas y todas la realidades por las que uno ha tenido que pasar, esta vez se contó en una canción y a todo el mundo”, explicó.
En una de sus anécdotas, el intérprete de “Mujeres” contó que cuando no tenía dinero para el bus, debía trasladarse a su destino caminando y luego a convertirse en alguien que se traslada en avión privado.
Después, ser el tipo que anda en avión privado… ¡Qué margen tan inmenso de realidades con las que uno tiene que convivir!, si me ponen a escoger alguno de los dos no estoy seguro de cuál escogería, creo que nunca fui tan feliz como cuando fui el de ‘a pie’ y no tengo ninguna duda que todas las canciones que escribo vienen de esa época”, reveló.
Momentos difíciles
Ricardo Arjona asegura que después de tantos años de carrera, nunca había escrito una canción que fuese un autorretrato: “Admirador de muchos pintores siempre me llamó la atención cómo exponían e incluso exageraban sus defectos, yo no exageré nada pero escondí muy poco”, argumentó.
Durante su plática, detalló las muchas veces que se sintió marginando en su país.
“Esta es sin duda la fotografía de mi vida, ese soy, es la ambivalencia de los dos mundos que me tocó vivir… el mundo de la marginalidad, del barrio, de la escuela pública, de las necesidades, de la lucha, de la división de clases, de sentirme en mi país marginado en muchas oportunidades y después, estar en el otro lado de la moneda, ser absolutamente bienvenido en los lugares, mejor si estoy cerca”.
“Es muy difícil no llevar la vida después de haber pertenecido a ese mundo, con una cierta dosis de venganza, que uno aprende a administrar con el tiempo”.
La frase final de su conversación es como estocada final: “Yo me vi, triste y tan decepcionado, hoy que sé que en los dos lados se aprovecharon de mí”.