Tras varios días de búsqueda de Debanhi Escobar Bazaldua, autoridades de Nuevo León encontraron el cadáver de una mujer con las características de la joven. El cuerpo fue localizado en una cisterna del hotel Nueva Castilla, la noche del jueves 21 de abril.
Ante el descubrimiento del cuerpo, fue su padre quien aseguró ante los medios de comunicación que se trataba de su hija.
A pesar de que no se han entregado los resultados de ADN, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, comentó durante la conferencia matutina de este viernes, que el cuerpo encontrado tenía vestimenta y un crucifijo pertenecientes a la fémina de 18 años.
De las dos semanas de búsqueda, Mario Escobar, padre de la desaparecida, confirmó que fueron cuatros veces a buscarla en el sitio que fue encontrada, y le parece imposible que su hija haya caído sola a la cisterna, por lo que asegura que alguien la colocó en dicho lugar y exige justicia.
A raíz de las declaraciones, internautas coinciden con la declaración de la familia y han comparado el caso con el de la canadiense Elisa Lam, quien desapareció el 31 de enero de 2013, en Los Ángeles, California, Estados Unidos.
El caso de Elisa Lam
Elisa de 21 años de edad, era canadiense, vivía en Vancouver y estudiaba en la Universidad de Columbia Británica. Pero se había ido de viaje a Los Ángeles para relajarse y agregar nuevas aventuras a su vida.
Lam amaba viajar por el mundo, incluso, tenía un blog en el que publicaba detalles de su vida, sobre todo el cómo era vivir con la enfermedad ‘Ethel Fields’, un trastorno de bipolaridad y depresión.
En su blog, la joven publicaba fotografías de ella y sus viajes.
Diecinueve días después de su desaparición, en uno de los tanques de agua situados en la azotea del Hotel Cecil, lugar en el que se hospedaba, encontraron flotando el cuerpo de la fémina, desnudo y en estado de descomposición.
En un principio, al igual que Debanhi, Lam no se encontraba sola, debido a que se le había asignado una habitación compartida en el quinto piso, pero las otras jóvenes se quejaron de su comportamiento extraño y la trasladaron a una habitación propia.
La joven, todos los días, desde que había comenzado su viaje, llamaba a sus padres para explicarles sus próximos planes, hasta que dejó de hacerlo. Alarmados por no tener noticias de su hija, decidieron contactar a la policía y pronto se abrió una investigación para buscarla.
Con el avance de las investigaciones, la búsqueda terminó. Su cuerpo fue encontrado el 19 de febrero en uno de los tanques de agua, siendo los propios huéspedes del hotel los que consiguieron que se diera con su paradero.
La autopsia reveló que el cadáver no había sufrido ningún daño o traumatismo, así como que tampoco había ingerido ninguna sustancia psicotrópica. Parecía haber sido una muerte accidental por ahogamiento, aunque no descartaron un posible feminicidio.
Un video de la cámara de vigilancia mostró a la joven por última vez, con un comportamiento extraño dentro de uno de los ascensores del lugar. Se observa que la estudiante entró de manera cautelosa y presionaba varios botones.
Después se asoma y regresa para esconderse en una de las esquinas del espacio, luego sale y da la impresión de que interactuaba con alguien, persona que nunca aparece en la toma. Minutos más adelante desaparece por completo.
El caso se cerró, pero a 9 años del suceso, dicha dictaminación sobre su muerte no ha calmado las interminables teorías conspirativas por parte de los internautas. Puesto que en la azotea no había cámaras de seguridad y la tapa del depósito era de gran peso, tanto que los bomberos tuvieron que hacer un orificio para extraer el cadáver, por ello, la opción de que fuera la propia Elisa la que se hubiera arrojado dentro del tanque es complicada.
Cibernautas exigen que se investiguen ambos casos y los millones de hechos similares.