Si existe alguien dueña y señora de los selfies, fotos en espejo y todo lo que tenga que ver con las redes sociales, esa es Kim Kardashian y toda su famosa familia.
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Pero como conseguir la foto perfecta, el ángulo perfecto, la piel perfecta o el cuerpo perfecto no siempre es posible, recurrir a aplicaciones que corrijan esa supuestas “imperfecciones” pueden jugar una mala pasada.
La reciente publicación de Instagram con una selfie en el espejo en su baño con un conjunto de bikini de su propia marca de ropa, Skims Swim, ha generado controversia entre los fanáticos.
Con más de 2,4 millones de me gusta y 14.500 comentarios, algunos seguidores con ojos de águila acusaron rápidamente a la estrella de telerrealidad de un “fallo de Photoshop” debido a una discrepancia percibida en la colocación de su mano.
Los fans evidenciaron que el retoque se ha pasado de lo normal y deformando una parte de su cuerpo, en concreto sus manos que sujetan el móvil, perdiendo un dedo por el camino y el resto de ellos extra largos y torcidos.
- “Espera, ¿Dónde está el dedo medio?”
- “La cantidad de edición es absurda. Solo publica una foto normal. A nadie le importa… Tienes 40 años”, sugiriendo que ella pudo haber manipulado la foto.
Sin embargo, el misterio pronto fue desacreditado por los fanáticos observadores que hicieron zoom en la imagen. Resultó que el dedo que faltaba no era el resultado de la edición, sino un PopSocket negro pegado a su teléfono.
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Acciones de la empresaria
La celebridad ya ha mostrado en repetidas ocasiones su compromiso con una reforma del sistema penitenciario en EE.UU. Por eso, participó en un documental para generar el cambio, titulado ‘Kim Kardashian West: The Justice Project’, que se grabó en el correccional de Columbia.
Esta vez es noticia porque ha visitado con su hermana Khloé la prisión estatal de California en Los Ángeles. Las dos han mostrado su deseo de trabajar para propiciar un nuevo grupo de líderes de la reforma de la justicia penal.
De este modo, acompañadas de un grupo de asesores de Reform Alliance, hablaron con distintos presos para aprender de sus experiencias. “Siempre es un honor poder visitar a los hombres y mujeres que viven detrás de los muros de cada prisión”, ha declarado Kim.