Detalle 23 mil 500 integrantes tiene el Ejército. Se destacan siete unidades con cuatro mil 5oo soldados para la protección ciudadana.
La ficha Williams Mansilla FernándezNacimiento. 24 de abril de 1954 en la ciudad de Guatemala. Estudios. Posee la licenciatura y maestría en Tecnología y Administración de Recursos. Aprobó el curso “Manejo de recursos para la defensa”, de la Universidad de Monterrey.Especialidades. Es fundador del curso francotirador y fue instructor en la Escuela Politécnica y del comando especial kaibil.
En el despacho del jefe del Ejército hace falta colgar la fotografía de Williams Mansilla, como dicta la tradición de mostrar los rostros de las personas que han dirigido el Ministerio de la Defensa Nacional. “Falta la mía, ya la pondremos”, bromea el general al recibir al Publinews y conversar de los temas de seguridad y el rol de la institución. El 15 de febrero cumplirá seis meses de dirigir a las fuerzas castrenses.
Cuando Otto Pérez dirigía el país lo ascendió a ministro el 15 de agosto de 2015. Luego, el exmandatario Alejandro Maldonado lo confirmó en el cargo el 18 de agosto y el gobernante Jimmy Morales lo deja al mando el 14 de enero. ¿A qué se debe esa confianza?
He sido de la línea institucionalista, es decir respetar lo que marca la ley, los valores y principios militares y en eso me he mantenido. Que haya pasado tres gobiernos es por la lealtad al cargo no a una persona.
¿Cómo fue la relación con el expresidente Otto Pérez?
Estuve a cargo de la Guardia Presidencial y me ascendió. La relación era muy cordial, era una persona que estaba haciendo su mejor esfuerzo, no soy quién para criticarlo de cuáles eran los objetivos o el futuro que se estaba construyendo. Era el ejemplo a seguir de hacer las cosas bien y pensar en un futuro optimista y no tan fatalista como el que pasó.
¿Qué anécdota le dejó cuando fue encarcelado?
Muchas veces las personas son presa de un sistema, porque así estaba. Llegan a cometer esos errores voluntaria o involuntariamente.
¿Lo ha ido a visitar?
No. En una oportunidad que platicamos le dije que el Ejército definitivamente era una institución permanente y leal al cargo. Como responsable y líder debía separar la institución de la coyuntura política. El año pasado sucedieron decisiones políticas no militares.
¿Qué le dejó el expresidente Alejandro Maldonado?
Es una persona muy sabia y de mucho conocimiento de Estado. Pasó por muchas instituciones. Una persona de 80 años y de esos más de 50 dedicados a la política. Imagínese todo el conocimiento. Como presidente fue muy sereno. Una vez me dijo que el Ejército había jugado bien su papel.
El 14 de enero lo confirma el presidente Jimmy Morales.
Estaba preparado para dejar el cargo pero dos días antes existió la confirmación de continuar. Mi sentimiento fue de complacido y entendí la gran responsabilidad de seguir guiando a la institución. Esto ha sido producto de un comportamiento en conjunto.
¿Qué opina del antejuicio que pidió en su contra la abogada Thelma Inés Pelaez?
Ella auxilió al que estaba al frente del Estado Mayor de la Defensa, Alfredo Sosa, quien interpuso una demanda por la Ley de Reconciliación Nacional. Dejémoslo en el ámbito de la coincidencia. Estoy con la conciencia tranquila de que he hecho las cosas dentro del marco de la ley.
El caso Creompaz se basa en los planes del Ejército.
La información que derivó en el proceso penal a los 18 militares retirados por el caso Creompaz fue solicitada por un juez competente y no fui quien la brindó. Eso se realizó en 2012 cuando inició la investigación. Con esos datos la denuncia está mal.
¿Cómo quedó la relación con el exgeneral Alfredo Sosa?
Fue relevado como es normal en el cambio de gobierno, el presidente no pensó en él para integrar su equipo. La relación quedó bien, ya vino ha tramitar su jubilación. Respeto la condición personal pero no comparto que se separó de los valores y principios, lo que es la lealtad y la subordinación. Faltó a esas cuestiones morales.
Hablando un poco de seguridad, ¿Cómo ve la proliferación del problema de las pandillas?
El tema de las maras ha ido de menos a más. Esta gente se ha ido fortaleciendo y sobre todo en lo económico. Las reuniones que tienen, no son para escuchar música sino para planificar acciones delictivas.
¿Qué hace desde el gobierno en relación a los niños y jóvenes delincuentes?
Se está apostando al desarrollo rural. Hemos notado que los que integran las maras son personas del interior, de Quiché y de Huehuetenango, no es gente capitalina. Sin discriminar, se nota en los apellidos de los mareros que coinciden con su lugar de origen, donde hay poco desarrollo y oportunidades.
¿Cuáles son las medidas implementadas en la lucha contra el narcotráfico?
Ese siempre ha sido un flagelo contra el que hemos actuado frontalmente.
Guatemala ha evolucionado de ser tránsito a producir metanfetaminas, es bodega y consume más drogas.
Esta gente también tiene creatividad, sino la pueden traer de Sudamérica por el control, que no es suficiente, pero existe, pues se las ingenian para hacer drogas de laboratorio.
En el tema de las cárceles se habla que Mariscal Zavala es para reos VIP. Un exdirector de Presidios mencionó que esperó una hora para entrar.
Con nosotros no se ha fugado ningún reo. Lo veo como apoyo y ayuda mientras el Sistema Penitenciario resuelve el problema de hacinamiento. El primer acceso es una guardia militar y se deben cumplir con los protocolos. Siendo el director no puede ir en su carro, sonar la bocina y encender las luces para que le abran.
El ministro de la Defensa Williams Mansilla. Oliver de Ros Foto: