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Análisis “Se aleja de su defensa” La actitud del expresidente Otto Pérez llama la atención porque lejos de abonar a su defensa se ha dedicado al ataque y no es al ente acusador, el Ministerio Público. Concentra en la CICIG todo su odio y las descalificaciones. El juez debe manejar la audiencia de forma cuidadosa y en orden. Carmen Aída Ibarra Movimiento ProJusticia
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Solo uno de los defensores reaccionó al alcanzarle una botella con agua al expresidente Otto Pérez que se defendió, con la voz entrecortada, del señalamiento que hizo la Fiscalía de ser uno de los cabecillas de la estructura que negoció un soborno millonario por otorgar un usufructo en la Portuaria en 2012.
“A mí me podrán tener detenido, pero no en cautiverio. Ni mi corazón ni mi espíritu están presos ni en cautiverio, voy a seguir luchando”, mencionó frente al juez Miguel Gálvez en el Juzgado de Mayor Riesgo B, donde se desarrolló el quinto día de audiencia, de primera declaración, a los 12 implicados.
“Si lo que querían era la cabeza del expresidente, bueno ya la tienen pero que no inventen más”. Otto Pérez, expresidente
Pérez pudo contenerse ante el asombro de los defensores, los señalados y hasta de la ex vicegobernante Roxana Baldetti, quien también es acusada de lavado de dinero, asociación ilícita, fraude y cohecho pasivo.
“Entendí la mala intensión de quererme involucrar en delitos utilizando terceras personas”, le recriminó Pérez al fiscal Juan Sandoval.
Durante su declaración, que asombró por el tono tranquilo con se dirigió Pérez. Mencionó que “la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala que realizó la investigación junto a la Fiscalía) viene a imponernos cómo hacer las cosas”.
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“No recibí ningún centavo”, declaró el exgobernante y añadió “no soy ningún cobarde, ningún traicionero”.
Al final exhortó a “los guatemaltecos a defender nuestra soberanía”.