PUBLICIDAD
Ante esta decisión, vecinos de municipios afectados por la violencia se oponen y aseguran que “no se tiene la suficiente confianza con los agentes de la policía”, por lo que piden que se mantengan a los militares.
“Qué mala decisión. Es mejor que estén los militares protegiendo las calles”, expone Manuel Santos.
Esly Morales asegura que se les tiene más confianza a los elementos del Ejército que a los de la Policía Nacional Civil.
“Los militares hasta en los barrancos se meten cuando es necesario”, añade.
“Los policías siempre andan viendo cómo consiguen dinero, lo que no hacen los soldados”, agrega Eva de Méndez.
Hace unos días el alcalde de Mixco, Neto Bran, se pronunció en contra de la decisión de retirar algunos destacamentos militares en ese municipio. De hecho, encabezó una manifestación que realizaron varios vecinos.
“No podemos quedarnos solo con la PNC”, afirmó.
Actualmente, los soldados ofrecen apoyo en Guatemala, Escuintla, Chiquimula, Petén e Izabal. Estos distritos mantienen un índice superior a los 60 muertos por cada cien mil habitantes, es decir, son catalogados como “zonas rojas”.
Fases
La desmilitarización está programada en tres fases, la primera inició en enero con la reubicación de unos cuatro mil 200 elementos castrenses. En abril se retirarán de las calles dos mil soldados y, en diciembre, los últimos dos mil 200.
PUBLICIDAD
Karen Pérez, portavoz del Ejército, explicó que los militares serán destacados a misiones como el resguardo de las fronteras y de la Biósfera Maya, proteger la infraestructura crítica (hidroeléctricas) y colaborar cuando ocurran desastres naturales.
El ministro de Gobernación, Francisco Rivas, aseguró que el retiro de los elementos del Ejército es parte de los Acuerdos de Paz.
“El plan progresivo para el retiro de los castrenses que apoyan en la seguridad ciudadana es un asunto de común acuerdo entre los ministerios de Gobernación y de la Defensa”. Axel Romero, viceministro de Gobernación.