El expresidente Otto Pérez Molina y la ex vicemandataria Roxana Baldetti coincidieron de nuevo en la sala de un juzgado por uno de los casos de corrupción en su contra. Esta vez se saludaron de mano.
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La comparecencia es por el caso de defraudación aduanera conocida como La Línea, donde hay más de 30 procesados, y que ha llegado a la etapa intermedia. Una de las señaladas es la ex intendente de Aduanas, Claudia Méndez.
El juez de Mayor Riesgo B, Miguel Ángel Gálvez, escuchará de nuevo a las partes y resolverá si envía a juicio a los sindicados, la mayoría de ellos capturados en 2015.
El silencio
Baldetti llegó acompañada de nuevo por el abogado Benjamín Estrada, quien en octubre de 2016 había desistido de representarla. Este lunes, Estrada estuvo atento a la llegada de la ex vicemandataria en el sótano de tribunales, donde otra vez la ayudó a ponerse los zapatos tras las revisión de rutina.
Baldetti no quiso responder ninguna pregunta de los periodistas que le preguntaban de asuntos como la declaración en el caso “agua mágica” donde dijo que solo seguía órdenes de Pérez Molina, respecto a la supervisión que hacía de Amsa.
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Quejas y evasivas
El expresidente, quien llegó con su barba de candado, habló con la prensa. Cuando le preguntaron qué pensaba de lo dicho por Baldetti aseguró que no conocía esas declaraciones y por eso no opinaría.
Además, aprovechó para quejarse del juez Gálvez diciendo que no lo ha querido recibir ni ha aceptado algunas peticiones, que asegura que están en ley.