La infidelidad es uno de esos problemas que acecha a las relaciones de pareja. Y cualquier tipo es difícil de digerir porque siempre supone una traición de la confianza.
A pesar de que los infieles están viviendo una aventura que supone les encanta, hay tres razones que no les permite terminar con sus parejas.
1. Tiene lo que necesita
Muchas veces la infidelidad se debe a falta de una vida sexual activa con la pareja o que no existen canales de comunicación. Los infieles encuentran en su pareja formal una relación socialmente estable, la seguridad de tenerla, probablemente compartan una casa y gastos.
Por su parte, en el o la amante, encuentran esos ratos de ocio y falta de compromiso, hablar de los problemas sin iniciar una pelea, etc. Así que tienen todo lo que necesitan y no quieren arriesgar ninguna de ambas partes.
2. Ama a su pareja
El hecho de que alguien sea infiel no significa que no haya amor en la relación, es solo que la dinámica de la pareja ha evolucionado. Un infiel busca volver a sentir lo mismo que al principio de la relación, pero ya no lo hará con su pareja, así que un amante es la mejor opción.
3. Divorcio complicado
A ellos les gusta tener el control de su vida, un divorcio o una separación de una pareja de años implica un desgaste emocional intenso. No sólo se trata de separarse y ya, si viven juntos alguien debe salir de ahí, convivir con los amigos será complicado, explicarle a la familia será todavía más difícil.