Tal vez uno de los mayores misterios de la década y uno de los casos que más han fascinado a los investigadores de lo paranormal sea el de la desaparición de Elisa Lam.
Una joven canadiense de 21 años despareció sin dejar rastro tras realizar un viaje a California. La mujer pasaba unos días en Los Angeles y reservó una habitación en un hotel en el barrio conocido como “Skid Row” (expresión estadounidense para referirse a la zona más deprimente de una ciudad).
Lam arribó finalmente al Cecil Hotel, hoy rebautizado como Stay on Main, un viejo establecimiento construido en los años 20, con 600 habitaciones, donde fue vista con vida por última vez el 31 de enero de 2013.
El 6 de febrero de ese mismo año, el misterio surge, luego de que Elisa fuera reportada como desaparecida y se pidiera a los ciudadanos toda la ayuda posible para dar con su paradero. El 13 de febrero, la Policía de Los Angeles convoca a una rueda de prensa en donde adelanta que la joven continúa desaparecida, pero revela un escalofriante dato: un video del ascensor del Cecil Hotel, grabado el 31 de enero, en el que aparece Lam.
En la grabación, de 3 minutos y 59 segundos de duración, se ve a Elisa actuar de un modo extraño; errático; mirando los botones del elevador e intentando cerrar la puerta, aunque sin conseguirlo. En seguida, parece ver o escuchar algo en el pasillo, así que se esconde en la esquina del ascensor. Por último, y quizás lo más perturbador de todo el suceso, Lam sale del elevador y comienza a hacer una serie de extraños gestos, como si tratara de comunicarse con algo que solo ella puede ver, puesto que, según autoridades, no había nadie acompañándola en ese momento.
Como salido de una película de terror, el video muestra cómo la puerta del elevador vuelve a abrirse por sí sola, no una, sino dos veces, hasta cerrarse por última vez, dando fin a la grabación.
Una semana más tarde, y luego de que la administración del hotel recibiera quejas de anomalías en la presión, olor y sabor del agua del hotel, ocurre un macabro descubrimiento: Elisa Lam es encontrada muerta dentro de un tanque de agua en la azotea del edificio. La joven fue hallada desnuda, pero su ropa estaba flotando en el tanque y era la misma que llevaba en el video de seguridad.
El hallazgo planteó más preguntas que respuestas pues, según la administración del lugar, para llegar al tanque donde fue encontrada la joven se tendría que haber evitado la alarma del edificio, y en caso de tratarse de un homicidio, el asesino tendría que haber cargado el cuerpo de Elisa utilizando una escalera de más de tres metros y destapado la escotilla (que solo puede abrirse utilizando herramientas) sin que nadie viera ni oyera nada, algo que parece poco probable.
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Otra teoría señalaba que Elisa decidió subir a la azotea en plena madrugada y se suicidó arrojándose al tanque, algo que parece aún más complicado considerando el peso de la tapa y la dificultad para realizar dicha acción.
Como apunta Josh Dean, el periodista que ha estudiado más a fondo todo el caso, “ninguna de las posibilidades tiene mucho sentido“.
En una nueva rueda de prensa, investigadores explicaron que el cuerpo llevaba días en el tanque, aunque no mostraba señales de violencia. Sin embargo, no descartaron que se tratara de un homicidio.
Dean, quien además viajó a Los Angeles para conocer por sí mismo el misterioso hotel, estaba convencido de que Elisa había sido asesinada, aunque no ha encontrado indicios que confirmen su teoría. En su opinión, no hay margen para otra exlpicación más que la joven luchaba contra su trastorno psíquico y sufrió un episodio psicótico dentro del hotel, derivando en su fatal decisión de arrojarse al tanque.
Hasta la fecha, el caso de Elisa Lam continúa catalogado como un “accidente”, aunque el mundo sigue preguntándose qué fue lo que suciedió realmente aquella noche del 31 de enero de 2013.