Autoridades del zoológico de Mendoza, en el oeste de Argentina, confirmaron la muerte de “Arturo“, un oso polar de 31 años, el último que se hallaba en cautiverio en el país.
De acuerdo con el zoológico, “Arturo”, que por su edad presentaba un cuadro terminal, “falleció por un desbalance hemodinámico lo que desencadenó una descompensación multisistémica“.
El oso, por cuya liberación la organización Greenpeace había reunido miles de adhesiones en 2014, había sido traído desde Estados Unidos 23 años atrás.
“Arturo fue un caso testigo. Esperamos que sea el último oso polar retenido en un zoológico de nuestro país y que su caso obligue a las autoridades a rever la situación de las demás especies exóticas que sobreviven en su misma situación” dijo Soledad Sede, portavoz de Greenpeace, en un comunicado.
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El zoológico de Mendoza, que cuenta con 2 mil ejemplares en 48 hectáreas, fue cerrado al público a mediados de junio tras la muerte de más de 60 animales entre diciembre pasado y mayo de este año.
Investigaciones determinaron que la presencia de bacterias, combinada con las condiciones de hacinamiento, fueron las causas de algunas muertes.
En 2012, organizaciones defensoras de animales abogaron por el traslado de “Arturo” a un zoológico de Canadá, y lo catalogaron como “el oso más triste del mundo“, luego de que cayera en un estado depresivo por la muerte de su compañera, una osa traída desde Alemania.
Sin embargo, una junta de veterinarios determinó que el animal no estaba en condiciones de resistir un traslado.