Haití nuevamente sufre los embates de una catástrofe natural. El país más pobre de América enfrenta los estragos causados por el paso del huracán Matthew, que ha dejado al menos 400 muertos, así como ciudades enteras destruidas.
Cientos de personas fallecieron al paso del destructivo huracán, que alcanzó la categoría 4 en una escala de cinco, con vientos de unos 230 km/h.
Pero esa cifra podría aumentar a medida que se actualicen datos de varias ciudades que permanecían inaccesibles, dijo a la AFP el senador haitiano Hervé Fourcand, representante del Departamento del Sur.
La protección civil del Sur manejaba por su parte una cifra de 315 muertos, pero sin tener en cuenta las comunas de Camp Perrin, Les Anglais, Coteaux y Arniquet. El Ministerio del Interior de su lado, afirmaba que había hasta ahora 271 muertos.
Un millón de personas se encuentran con necesidad de ayuda. Según la ONG CARE-France: “Mucha gente ha perdido todo. Apenas tienen la ropa que llevan encima”.
El suroeste del país, en especial la Península de Tiburón, ha pagado el precio más alto, en particular las comunidades costeras de Jéremíe, que cuenta con unos 30.000 habitantes, y Los Cayos, la tercera ciudad más grande.
El resurgimiento del cólera
El barro ha invadido todo, las carreteras estaban aún intransitables y un puente fundamental que une la región con la capital se derrumbó el martes.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Asistencia Humanitaria (OCHA), hasta el 80% de las áreas de cultivos se han perdido en algunos lugares.
Más de 21.000 personas se encuentran evacuadas.
“Se espera un daño muy significativo para Grand’Anse y en el sur, sobre todo en las ciudades de Los Cayos, Jérémie y Port Hola”, dijo la OCHA el viernes por la mañana.
Más de 29.000 casas fueron destruidas solamente en el sur. En Jéremíe “el 80% de los edificios fueron arrasados”, dijo Jean-Michel Vigreux, directora de la ONG Care Haití.
Varias ONG temen la aparición de “nuevos brotes” de la epidemia de cólera, introducida en el país después del terremoto de 2010 por las fuerzas de paz de la Misión de la ONU en Haití (MINUSTAH).
Ayuda y militares estadounidenses
Varios países anunciaron que prestarían asistencia a Haití, un país de 10,3 millones de habitantes que todavía sufre las consecuencias del terrible sismo de 2010, que dejó más de 200.000 muertos.
Desde el terremoto, muchos no han encontrado vivienda firme y viven bajo techos de zinc que no resisten los fuertes vientos.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU aseguró que había acumulado reservas capaces de alimentar a 300.000 personas durante un mes.
Haití “es golpeado regularmente por los desastres naturales que agravan su pobreza ya elevada”, señaló el viernes el presidente estadounidense, Barack Obama, llamando a “ayudar en la reconstrucción” de este país.