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En cuanto empiezan los bombardeos del régimen sirio, los habitantes de la ciudad rebelde de Duma se refugian bajo tierra, donde transcurre una vida paralela, con escuelas, panaderías, salas de juego y hasta hospitales improvisados.
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Los días en los que el cielo no amenaza con bombas reina una normalidad relativa en esta ciudad de más de 100.000 habitantes, la mayor de los suburbios de Damasco. Los niños van al colegio y los comerciantes venden sus productos en el mercado.
Pero cuando los ataques aéreos comienzan, las familias se refugian en los túneles subterráneos, a veces hasta el alba.
Abu Omar ha construido debajo de su vivienda un refugio de cuatro metros de profundidad para resguardarse. Una bombilla le alumbra y en el suelo tiene colocados los utensilios dorados de café.
“Cavamos durante 15 días para hacer esta guarida porque no hay otro sitio donde protegernos de los bombardeos”, explicó a AFP Abu Omar, con aspecto demacrado.
– Sin colegio –
Las mañanas en las que se oyen explosiones, sus sobrinos usan una inestable escalera de madera para bajar al refugio.
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“Normalmente vamos al colegio, pero en los últimos días fue imposible debido a los bombardeos”, declara Mohamad, que estudia Primaria.
Los niños pueden pasarse horas bajo tierra. Se entretienen haciendo los deberes o inventando juegos.
Los bombardeos de la mañana tampoco dejan a los agricultores ir al campo a recoger las verduras. Como consecuencia sus puestos en el mercado estarán vacíos y las familias no tendrán nada que llevarse a la boca.
Desde hace unos días las calles de Duma, asediada por las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad desde 2013, están desérticas. Sólo se ven ambulancias circular a toda velocidad hacia los lugares bombardeados.
Las fuerzas del régimen lanzaron hace seis meses una ofensiva que les permitió controlar aldeas y granjas de la Ghuta oriental, una región al este de Damasco en manos de las fuerzas rebeldes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Las fuerzas progubernamentales se encuentran a tan sólo dos kilómetros al norte de Duma, según esta ONG.
Duma es un bastión del poderoso grupo islamista Jaish al Islam. En junio, varias organizaciones humanitarias pudieron, por primera vez en tres años, distribuir ayuda humanitaria y médica.
