El iraquí Abu Bakr al Bagdadi, proclamado hace un año “califa” de todos los musulmanes por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), es un personaje enigmático, que prefiere permanecer en la sombra.
Nacido en 1971 en Samarra, al norte de Bagdad, Bagdadi, por cuya captura Estados Unidos ofrece 10 millones de dólares, es uno de los hombres más buscados del planeta.
A pesar del importante aparato de propaganda del EI, que difunde gran cantidad de fotos o vídeos de sus ofensivas y atrocidades, Bagdadi no se prodiga.
“Es bastante llamativo que el jefe del grupo terrorista que más se preocupa por su imagen sea tan discreto”, afirmó en 2015 Patrick Skinner, del gabinete de consultores Soufan Group.
En dos años, el “califa Ibrahim” sólo ha aparecido en un vídeo, grabado en una mezquita de Mosul y difundido en julio de 2014. Llevaba barba gris, turbante y ropa oscura.
En la grabación se le veía ordenando a todos los musulmanes que le “obedecieran”, poco después de que su organización proclamase el “califato” en los territorios bajo su control en Siria e Irak.
Este jueves, Al Furqan, un medio de comunicación afiliado al EI, difundió un mensaje sonoro en el que un hombre al que identifica como Bagdadi llama a sus tropas a resistir frente al avance del ejército iraquí en Mosul. Su última declaración pública era de diciembre de 2015.
– ‘Misterio’ –
“Existe una dimensión misteriosa que viene del hecho de que ha sobrevivido a múltiples intentos de hacerlo desaparecer”, estimó en junio de 2015 Aymenn al Tamimi, experto del Middle East Forum.
Según un documento de los servicios secretos iraquíes, Bagdadi tiene un doctorado en estudios islámicos y fue profesor en la universidad de Tikrit (norte).
Tuvo cuatro hijos con su primera esposa entre 2000 y 2008 y otros tantos con una segunda.
En una entrevista concedida al diario sueco Expressen en marzo de 2016, la que fue su esposa durante tres meses Saja Al Dulaimi lo describe como “un padre de familia normal”, profesor de universidad, admirado por los niños.
Se unió a la insurrección en Irak poco después de la invasión estadounidense de 2003 y supuestamente fue encarcelado en un campo de detención norteamericano.
Aunque las fuerzas de EEUU anunciaron en 2005 la muerte de Abu Dua -uno de sus apodos-, reapareció en 2010 al frente del Estado Islámico en Irak (ISI), rama iraquí de Al Qaida.
A continuación, consiguió transformar este grupo en la más potente, rica y brutal organización yihadista del mundo, asentándose en Siria en 2013 y en Irak en 2014.
Para aquel entonces, Bagdadi se había desmarcado de Al Qaida, negándose a acatar las órdenes del jefe Ayman al Zawahiri de concentrarse en Irak y dejarle Siria al Frente Al Nosra.
– ‘El islam, religión de guerra’ –
Su trayectoria difiere de la de Osama Bin Laden, que desarrolló Al Qaida gracias a su fortuna y a quien se le conocía internacionalmente mucho antes de los ataques del 11 de septiembre, principalmente por los numerosos vídeos en los que aparecía.
“Su ascenso a la fama no puede compararse con el de otros jefes terroristas más publicitados. Bin Laden era famoso por su nombre y él puso en escena su fervor y su comportamiento discreto”, afirmó Skinner en 2015.
Bagdadi “evita ser el centro de atención y, en sus discursos, habla sobre su califato y sobre sus enemigos, no sobre sí mismo”, apunta el experto de Soufan Group.