El presidente Barack Obama cumplió este martes con un ritual con aires de superstición: ir a jugar básquetbol.
Unas horas después de que los estadounidenses empezaran a acudir a las urnas para ejercer su derecho al voto, el todavía mandatario del país acudió a la base militar Fort McNair, en las afueras de Washington, para jugar un partido con amigos.
A finales de 2010, en ese mismo lugar, se lastimó el labio jugando un partido. Después disminuyó considerablemente la práctica de este deporte, prefiriendo actividades más pasivas como el golf.
En 2008 y en 2012, años en los que fue electo por primera vez y después reelecto, Obama disputó partidos de básquetbol el mismo día de la elección, en su bastión de Chicago, para distraer la espera de los resultados.
También había realizado este mismo ritual durante el largo proceso de las primarias demócratas que lo enfrentaron a Hillary Clinton, hoy a las puertas de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
En su cuenta de Twitter (@POTUS), el mandatario también envió un mensaje invitando a los estadounidenses a votar:
“Hoy, el progreso está en las urnas. Vayan a votar. Y luego asegúrense de que sus amigos, familia y todos los que conocen voten también“, escribió Obama.