Refugiados relegados por Australia en cuestionados campamentos en las islas del Pacífico serán reinstalados en Estados Unidos en virtud de un acuerdo entre los dos países, anunció Canberra este domingo, señalando no obstante que no cambiaba su política migratoria.
En nombre de la lucha contra los traficantes de seres humanos y la necesidad de disuadir a los migrantes que se lanzan en peligrosas travesías hacia Australia, Canberra repele sistemáticamente en el mar los barcos que intantan llegar ilegalmente a sus costas.
Los migrantes que lo logran son enviados por tiempo indeterminado a campamentos de retención en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea; a la minúscula isla de Nauru, en el Pacífico; o a la isla Christmas, en el océano Índico.
Aunque la solicitud de asilo sea considerada, los demandantes no están autorizados a instalarse en territorio australiano.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos han multiplicado los informes para denunciar las condiciones de detención en los campamentos.
“Este acuerdo con Estados Unidos dará a los refugiados, de Nauru y de Manus, la ocasión de ser reinstalados”, declaró a la prensa el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull.
“Es un acuerdo excepcional. No será renovado. (…) Nuestra prioridad será la reinstalación de mujeres, niños y familias”, agregó.
El acuerdo, según el ministro de Inmigración, Peter Dutton, alcanza únicamente a los migrantes que obtuvieron el estatuto de refugiados.
De visita a Nueva Zelanda, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, confirmó el acuerdo.
“En Estados Unidos aceptamos evaluar las propuestas del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados con respecto a los refugiados que viven en Nauru y en Papúa Nueva Guinea”, afirmó Kerry.
No se sabe si el texto será aplicado por el gobierno del presidente electo, Donald Trump, que durante la campaña se mostró muy duro sobre la inmigración.
Turnbull no quiso precisar la cantidad de refugiados concernidos.
Australia concluyó en 2014 un controvertido acuerdo con Camboya, uno de los países más pobres del mundo, para enviar a refugiados desde Nauru.
Pero sólo un puñado había aceptado ser reinstalado en ese país de manera permanente.
Canberra también llegó a un acuerdo similar con Papúa Nueva Guinea, cuando este país había decidido unos meses antes cerrar el campamento de retención de Manus.
Peter Dutton había declarado a principios de mes que 675 personas de Manus y 941 de Nauru habían obtenido el estatuto de refugiado, de más de 2.000 demandantes.