La sombra del presidente electo estadounidense Donald Trump planeó este martes en la apertura de la conferencia sobre el clima (COP22), en la que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió no bajar la guardia.
Unos 80 líderes mundiales acudieron a la cita en Marrakech para mostrar su apoyo a la lucha contra el cambio climático, ante la posibilidad de que Estados Unidos abandone las negociaciones, lo que haría saltar por los aires el frágil consenso.
Ban Ki-moon quiso tranquilizar de nuevo al mundo poco antes de la apertura de la cita, la primera desde el histórico Acuerdo de París de hace un año, que unió a 196 países.
Ban se declaró “optimista” y dijo que Trump, que ha dicho que sacará a Estados Unidos del Acuerdo de París, “entenderá la urgencia del cambio climático”.
“Estoy seguro de que tomará una decisión buena, adecuada”, añadió Ban ante la prensa.
El secretario general de la ONU alabó el pasado empresarial de Trump, y aseguró que entenderá que el cambio climático se ha convertido también en una oportunidad de negocios.
“No tenemos derecho a jugar con la suerte de futuras generaciones”, pidió Ban.
– ‘Proceso imparable’ –
Estados Unidos es el segundo emisor de gases de efecto invernadero del planeta, por detrás de China. Bajo el gobierno de Barack Obama ha sido también uno de los motores esenciales de las difíciles negociaciones sobre el clima, que desembocaron en el Acuerdo de París, que entra en vigor en 2020.
Estados Unidos debe “respetar los compromisos” adoptados, dijo el presidente francés, François Hollande. “No es solamente su deber, es su interés”, añadió.
El presidente de la isla de Kiribati, Taneti Maamau, uno de los estados amenazados directamente por el cambio climático, pidió a Washington liderazgo.
“Nos enfrentamos al desafío más importante de nuestro tiempo, y esperamos de Estados Unidos que continúe con su liderazgo”, dijo el mandatario.
La COP22 de Marrakech da la señal de partida para definir el calendario y las reglas de aplicación del Acuerdo de París en los próximos tres años, principalmente para que los países se examinen mutuamente.
Las negociaciones también deben empezar a definir cómo se entrega la ayuda financiera prometida a los países del Sur, los más afectados por el calentamiento del planeta, para transferirles la tecnología necesaria, y para decidir finalmente las inversiones en mitigación (lucha contra el cambio climático) y en adaptación.
En total, 196 países firmaron el Acuerdo de París, 110 de los cuales lo han ratificado.
Si Trump decide retirarse del Acuerdo de París, como prometió durante la campaña electoral, el tratado seguirá en vigor, según los especialistas, puesto que la mayoría de países emisores (incluido Estados Unidos) ya lo ratificaron.
Pero una medida de ese tipo dinamitaría sin duda el proceso negociador. Muchos países podrían verse tentados a abandonar la mesa o a retrasar la aplicación de sus compromisos, que por otra parte no son legalmente vinculantes.
“Tenemos un marco claro y vamos a continuar. Este proceso, que parecía impensable hace un tiempo, ahora es imparable”, aseguró junto a Ban la secretaria ejecutiva de la Convención sobre el Cambio Climático de la ONU, Patricia Espinosa.
La lucha contra el calentamiento del planeta, que en 2016 volverá a batir probablemente récords de temperatura, es esencialmente una cuestión de voluntad de los gobiernos.
“Enfrentarse al reto del cambio climático es nuestra responsabilidad común y compartida” recordó el representante especial chino, Xie Zhenhua, cuyo gobierno ha asegurado que no se bajará del tren ni siquiera si Washington cambia de rumbo.
– Crisis más difíciles de controlar –
El Programa de la ONU para el Medioambiente (PNUMA) pidió que los países ricos aumenten sus contribuciones.
Los países ricos prometieron en 2009 que a partir de 2020 entregarán hasta 100.000 millones de dólares anuales para luchar contra el cambio climático en los países pobres.
Los países en desarrollo y pobres quieren que la mayoría de ese dinero, que por el momento solo es una promesa, sea utilizado para adaptarse las consecuencias del cambio climático.
Pero la adaptación solamente ha recibido una quinta parte de los fondos movilizados hasta ahora.