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Los mecánicos de Mosul, una pieza clave en la lucha contra el EI

Los mecánicos de las tropas iraquíes en Mosul están armados con llaves inglesas en vez de fusiles y pocas veces llegan al frente, pero desempeñan un papel importante en la batalla contra el grupo Estado Islámico (EI).

“Si los Humvee se averían y las armas dejan de funcionar sin que nadie pueda repararlos, ¿cómo vamos a seguir avanzando contra el EI?”, pregunta el teniente coronel Anwar Rajdi, jefe de los mecánicos de la fuerzas de élite antiterroristas (CTS).

Rajdi presume de que su unidad es “el engranaje más importante” de la batalla lanzada hace más de un mes para la reconquista de Mosul, último gran bastión del EI en el país.

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En función de su avance, las CTS se enfrentan a disparos, ataques con mortero y coches bomba por parte de los yihadistas, que controlan parte de la tercera ciudad más grande de Irak.

Cada día, unos remolques blancos llevan una quincena de vehículos blindados a un taller de reparación a las afueras de la ciudad, asegura Mustafa Muin, uno de los mecánicos.

En la mayor parte de los casos son vidrios rotos por las balas de los francotiradores del EI o tienen problemas con los motores o en los radiadores.

Otros necesitan un cambio de neumáticos al haber pasado sobre pinchos metálicos colocados por los yihadistas en las callejuelas de Mosul para ralentizar el avance de las tropas.

Según una infografía publicada el martes por la agencia de propaganda del EI, Amaq, los yihadistas han destruido casi 50 vehículos blindados de tipo Humvee y cuatro tanques de asalto desde el comienzo de la ofensiva el 17 de octubre.

– ‘Como un soldado’ –

“Reparar un radiador nos lleva media hora, pero para un motor necesitamos media jornada”, explica a la AFP Mustafá Muin.

“Intentamos terminar la reparación de las máquinas antes del anochecer, para luego poder relajarnos”, cuenta. Más lejos, dos de sus colegas, manchados de aceite quemado, tienen dificultades para desbloquear un radiador averiado.

Los días en los que los combates se intensifican, los técnicos van al frente para hacer las reparaciones. Pese a los disparos de los yihadistas, se meten debajo de los vehículos para cambiar las piezas rotas o dañadas.

Otros días más tranquilos, cuando las CTS consolidan sus posiciones, el ritmo de trabajo disminuye y los mecánicos hacen musculación en un patio sombrío.

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“Si hay un avance en el terreno, reparamos alrededor de 20 armas por día”, sobre todo “estadounidenses”, afirma Atheel Chaalan, responsable del mantenimiento.

El equipamiento de guerra usado por las fuerzas especiales estadounidenses incluye fusiles de asalto y vehículos blindados. Las piezas grandes, como los motores y los radiadores, van de Bagdad hacia la periferia de Mosul.

Los mecánicos intentan también quitar todas las piezas en buen estado de los vehículos demasiado dañados por las bombas del EI. “Aquí en el taller participamos en la lucha contra Dáesh”, afirma el mecánico Qusay Adnan, usando el acrónimo en árabe del EI. “No soy un soldado en la línea del frente, pero soy como ellos”.

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