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Sarkozy quedó fuera de la carrera por el Elíseo

El expresidente Nicolas Sarkozy quedó eliminado este domingo en la primera vuelta de las primarias de la derecha francesa, superado por su ex primer ministro François Fillon que en la recta final recortó distancias con los dos favoritos y se impuso por una ventaja mayor de lo esperado.

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Tras la eliminación de Sarkozy, la segunda vuelta se disputará el próximo domingo entre Fillon y el otro ganador de la primera, el exprimer ministro Alain Juppé, actual alcalde de Bordeaux (suroeste).

“No logré convencer a los electores”, declaró el exmandatario (2007-2012) visiblemente decepcionado en un discurso retransmitido por televisión.

Contra todos los pronósticos, Sarkozy, de 61 años, fue pulverizado en la primera vuelta de estas primarias inéditas en la derecha francesa, con 21% de los votos, según resultados casi definitivos, muy por detrás de quien fue su discreto primer ministro durante cinco años, François Fillon (44%).

Sarkozy se ubicó también detrás de Juppé (28%), de 71 años, su rival histórico de la derecha y ex primer ministro de Jacques Chirac.

Las primeras primarias celebradas por los conservadores franceses movilizaron a un gran número de electores. Según las estimaciones al cierre de los centros de voto, entre 3,9 y 4,3 millones de personas acudieron a las urnas.

La participación se explica sin duda por la importancia de estas primarias. Según todos los sondeos, el candidato de la derecha tiene grandes posibilidades de ser electo presidente en cinco meses frente a la líder de la extrema derecha Marine Le Pen.

La izquierda socialista gobernante, en plena crisis de liderazgo, no pasaría a la segunda vuelta de las presidenciales del próximo año.

Fillon, de 62 años, a quien durante meses los sondeos lo posicionaban muy por detrás de Juppé y Sarkozy, irrumpió con fuerza en los últimos días de la campaña de las primarias imponiéndose ante el duelo anunciado durante varios meses entre Sarkozy y Juppé.

“Me queda una semana para convencerlos”, declaró Fillon en un discurso retransmitido por televisión tras el anuncio de los resultados.

– La izquierda se movilizó –

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Este católico, padre de cinco hijos, encarna un proyecto liberal en el plano económico y conservador en los temas sociales.

Propone un recorte drástico del gasto público con la supresión de 500.000 puestos de funcionarios y un regreso a la semana laboral de 39 horas.

Promete modificar la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo si llega el poder y limitar la inmigración “al estricto mínimo”.

El ex primer ministro Alain Juppé perdió su estatuto de favorito en las últimas semanas.

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Juppé ha mantenido un discurso moderado, negándose a “ceder al miedo” o a “levantar a las élites contra el pueblo” en momentos en que la crisis migratoria y los atentados yihadistas alimentan discursos populistas.

Sarkozy en cambio había adoptado una línea más dura, acercándose a las tesis de la extrema derecha. Presentándose como el candidato del pueblo contra “las élites desconectadas de la realidad”, centró su discurso en la autoridad, la seguridad y la identidad nacional.

Todos los franceses inscritos en las listas electorales podían acudir a votar. Para ello tenían que pagar dos euros y firmar una declaración en la que aseguraban respetar “los valores republicanos de la derecha y del centro”.

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Resignados ante la derrota anunciada de su campo en la primera vuelta de las presidenciales de abril, varios simpatizantes de izquierda fueron a votar pese a las largas filas en varios centros electorales para influir en el resultado.

Para muchos, su motivación principal era evitar que Sarkozy regrese al poder.

Los socialistas celebrarán sus primarias en enero. El presidente François Hollande, que bate récords de impopularidad, decidirá en diciembre si se presenta a un segundo mandato.

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