Varios incidentes ocurrido el jueves en un campo de refugiados en Bulgaria dejaron 26 heridos y 300 detenidos, tras una jornada tensa que comenzó con protestas, después de que las autoridades cerraran el campo para impedir la propagación de una epidemia de sarna.
“La revuelta fue sofocada”, declaró el primer ministro Boiko Borissov a la radio pública BNR, tras una vista al centro de Harmanli en la noche del jueves al viernes. “Cerca de 300 migrantes, entre ellos seis considerados como peligrosos para la seguridad nacional, fueron detenidos”, precisó.
El jueves, la policía utilizó balas de caucho y un cañón lanzaaguas para dispersar a los migrantes, que lanzaban piedras a los agentes en su intento por salir del campamento, al cual están confinados desde hace tres días.
Las autoridades afirman que la prohibición de salir está justificada para detener un principio de epidemia de sarna, pero los exámenes médicos comenzarán recién el lunes.
Durante el día la tensión en el campamento, donde están albergados cerca de 3.000 migrantes aumentó, después de que varios de ellos intentaran salir del lugar.
Estos incidentes se producen en un contexto de creciente tensión en Bulgaria y en Grecia, tras el refuerzo de los controles fronterizos para los migrantes que buscan llegar al oeste de Europa.