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La Cuba de Fidel Castro

Fidel Castro, quien falleció el viernes a los 90 años, forjó una revolución que exhibe logros y fracasos, pero que sobrevive a su muerte, a varias décadas de roces con Estados Unidos y a la caída del bloque comunista.

Visto como símbolo de resistencia frente a Washington por sus seguidores y como dictadura anquilosada por sus adversarios, el régimen cubano quedó ahora sin su máximo líder y con Raúl Castro, de 85 años, al frente, rodeado de militares y dirigentes de la vieja guardia comunista.

Fidel, bajo cuya revolución nació el 70% de los 11,1 millones de cubanos, resistió a 11 presidentes estadounidenses, la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, la crisis de los misiles en 1962, el embargo norteamericano y las penurias de la crisis del “periodo especial” en que se sumió Cuba a comienzos de los años 1990 tras la debacle de la Unión Soviética.

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– Luces –

Declarada socialista en 1961, la revolución puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista, nacionalizó propiedades, hizo una reforma agraria -el 8% de los propietarios poseía más del 70% de las tierras-, llevó salud a los rincones apartados de la isla y erradicó el analfabetismo, que alcanzaba 40% en 1959.

Cuba cuenta actualmente con índices de salud de primer mundo, mortalidad infantil de 4,2 por 1.000 nacidos vivos -similar a la de Canadá y mejor que Estados Unidos-, una esperanza de vida de 78 años en los hombres y 80 años las mujeres, y hallazgos científicos.

El sistema educativo tiene una cobertura de 100% y es obligatorio hasta noveno grado.

La revolución de Fidel Castro puso la cultura al alcance popular y desarrolló el deporte, logrando títulos mundiales; aunque muchas de sus estrellas desertaron y se afincaron en el extranjero.

Fidel llevó a Cuba a la palestra mundial. Fue santuario de la izquierda latinoamericana, sostén de rebeliones contra cruentos regímenes apoyados por Washington, promotora del nacionalismo frente a la hegemonía de Estados Unidos, y gestora de misiones de médicos que asistieron a damnificados de desastres naturales y a poblaciones pobres.

– Y sombras –

Los detractores de Fidel Castro le reprochan un régimen totalitario, de prohibiciones y control policial sobre la población, educación adoctrinadora, y de falta de libertades.

En el plano político: represión a la disidencia, intolerancia, falta de elecciones libres y un sistema político que no admite más que al Partido Comunista.

El gobierno llegó a tener, según la disidencia, a miles de personas tras las rejas en los años 1970 y a cientos en las últimas décadas. Raúl Castro excarceló a más de 130 entre 2010 y 2011.

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Intelectuales, artistas y compañeros de armas que discreparon con el rumbo del sistema político partieron o se vieron forzados al exilio, muchos acusados de “traición” o de atentar contra la revolución, por lo que pasaron largos años en prisión.

Desde 1959, la isla ha vivido una dolorosa diáspora de más de 1,5 millones de cubanos.

– El talón de Aquiles –

El gobierno acusa al embargo impuesto por Estados Unidos en 1962 por las penurias y escasez que sufre la población, pero también hay causas propias del modelo cubano, en el que el Estado ha tenido el control de casi toda la actividad económica.

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La alimentación y el déficit de vivienda centran los problemas de la vida diaria. Aunque los cubanos tienen una canasta básica subsidiada, es insuficiente y deben comprar muchos alimentos en tiendas, pagando mucho más caro. Según datos oficiales, las familias emplean 80% de sus ingresos en alimentos.

En ese balance, Raúl Castro, a quien su hermano Fidel cedió el mando cuando enfermó en 2006, encara el reto de mantener las conquistas sociales pero corregir los errores con un paquete de reformas de apertura aprobado en 2011 por el Partido para, según advirtió, evitar el derrumbe de la revolución.

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