Estados Unidos despertó este sábado sin su némesis de medio siglo, Fidel Castro, un adversario barbudo que durante cinco décadas fue rival indomable de la Casa Blanca aunque vivió lo suficiente para ser testigo del histórico acercamiento entre los dos países.
Fidel Castro falleció en La Habana en la noche del viernes, y con ello se cerró un capítulo que marcó de forma definitiva la historia del continente en el siglo XX.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saludó al viejo adversario en una nota oficial en la que extendió “una mano de amistad” a los cubanos por la desaparición física del líder.
“La Historia registrará y juzgará el enorme impacto de esta singular figura en las personas y en el mundo a su alrededor”, manifestó el mandatario estadounidense, en una referencia al discurso “La historia me absolverá”, con el cual Fidel se defendió ante el tribunal que en 1953 lo juzgó por el asalto al Cuartel Moncada.
En los próximos días los cubanos “recordarán el pasado y también mirarán al futuro. Y al hacerlo, deben saber que tienen en Estados Unidos un amigo y un país asociado”, aseguró Obama.
Obama y el presidente cubano Raúl Castro restablecieron en 2015 las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, rotas en 1961.
En tanto, el secretario de Estado, John Kerry, apuntó que Estados Unidos sigue comprometido con el proceso de acercamiento hacia Cuba, “con el profundo deseo no de ignorar la historia sino de escribir un nuevo mejor futuro para nuestros dos pueblos”.
En contraste, el presidente electo, Donald Trump, afirmó que Fidel fue un “dictador brutal”, y sugirió que deberá empeñarse en revertir el reciente proceso de acercamiento entre Washington y La Habana.
“Aunque las tragedias, muertes y dolor provocados por Fidel Castro no pueden ser borrados, nuestro gobierno hará todo para asegurar que los cubanos puedan finalmente comenzar su camino hacia la prosperidad y la libertad”, expresó Trump en una nota.
“El legado de Fidel Castro es el de los pelotones de fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y la negativa de derechos humanos fundamentales”, aseguró Trump.
El vicepresidente electo, Mike Pence, apuntó por su parte que desde el futuro gobierno “estaremos firmes junto al oprimido pueblo cubano por una Cuba libre y democrática”.
– El tormento de Washington –
Con su oratoria oceánica, Fidel atormentó y se enfrentó a numerosos presidentes estadounidenses, empezando con el republicano Dwight Eisenhower (1953-61).
Castro condujo la resistencia a la invasión a Cuba por parte de exiliados entrenados por Estados Unidos, en 1961, y al año siguiente estuvo en el epicentro de uno de los momentos críticos del siglo XX, la llamada crisis de los misiles.
El líder cubano fue el objeto de diversos planes para su ejecución elaborados por órganos de la inteligencia estadounidense, como lo confirmó una comisión del Senado en 1975.
Alejado del poder desde 2006, Fidel expresó su desconfianza sobre el proceso de aproximación diplomática con Estados Unidos, aunque esa cautela se limitó a escritos en la prensa y nunca obstaculizó las delicadas negociaciones.
– Figura central del siglo XX –
Para Michael Shifter, presidente del grupo de análisis Diálogo Interamericano, de Washington, Fidel “fue una figura central del siglo XX, una de esas figuras más grandes que la propia vida, y cuyo legado será discutido por años y años”.
Fidel “aprobó la aproximación con Estados Unidos de forma cautelosa. No tenía mucho entusiasmo por la idea. Por eso, ahora podemos esperar menos resistencia dentro del gobierno cubano a esta apertura”.
En tanto, Peter Schechter, del Atlantic Council, de Washington, dijo a AFP que “es posible que con él en el gobierno esta reaproximación no habría ocurrido”.
Sin embargo, apuntó, Fidel “claramente dejó que su hermano lo haga. Estoy seguro que si él hubiese adoptado una oposición firme, lo habría impedido, el proceso no habría ido adelante”.
Para los dos analistas, sin embargo, la influencia política de Fidel Castro se había disipado visiblemente en los últimos años.
En ese sentido, Schechter señaló a AFP que Fidel se había convertido en una especie de “dinosaurio irrelevante” ya que América Latina se movió en otra dirección.
Para Shifter, el ejemplo más claro de esa tendencia puede ser hallado en la guerrilla colombiana de las FARC: nacida hace medio siglo inspirada en Fidel, firma ahora un acuerdo de paz con el gobierno de Colombia después de negociaciones realizadas con el apoyo de Cuba.