La oposición de Kuwait, dominada por los islamistas suníes, ha vuelto al Parlamento tras las elecciones legislativas del sábado y podría provocar nuevas tensiones en este rico emirato petrolero.
En total, los opositores obtuvieron 24 de los 50 escaños del Parlamento, según resultados oficiales publicados el domingo por las autoridades electorales. Cerca de la mitad son islamistas de un grupo relacionado con los hermanos musulmanes y con los salafistas.
La participación fue muy alta, de cerca del 70%, y las elecciones estuvieron dominadas por el rechazo a la reducción de subvenciones del gobierno y a los recortes, consecuencia de la caída de los precios del petróleo.
“La oposición ha protagonizado una vuelta destacada al parlamento. Los electores condenaron a los que les dejaron de lado y rechazaron las medidas de austeridad”, dijo el analista político Dahem al Qahtani.
“Creo que la composición [del nuevo parlamento] provocará enfrentamientos entre los diputados de la oposición y el futuro gobierno”, explicó otro analista, Mohamed al Ajmi.
Los distintos grupos de oposición boicotearon durante cuatro años el parlamento para protestar contra la revisión de la ley electoral.
Pero finalmente decidieron participar en las legislativas tras la disolución del parlamento el pasado 16 de octubre, provocada por la revuelta de los diputados, radicalmente opuestos al aumento de precios de los productos petroleros.
El emir de Kuwait, el jeque Sabah al Ahmad Al Sabah, debe encargar al primer ministro saliente o a otro miembro de la familia reinante que forme el nuevo gobierno, tal y como establece la Constitución, que no obliga sin embargo a nombrarle jefe de la mayoría parlamentaria.
Según Mohamed al Ajmi, hay muchos temas de discordia entre los nuevos diputados y el poder, como las medidas económicas o de retirada de la nacionalidad. Por ello al gobierno le interesa cooperar con la oposición para “instaurar un equilibrio entre poderes y evitar conflictos”.
En los últimos dos años, las autoridades han retirado la nacionalidad a numerosos kuwaitíes, entre ellos a varios líderes de la oposición y a sus familias.
En las elecciones del sábado sólo fue elegida una mujer mientras que el número de diputados de la minoría chiita quedó en seis, frente a los nueve de la anterior legislatura.
Más de la mitad de candidatos del parlamento saliente no fueron reelegidos, incluyendo dos ministros.
Entre 2006 y 2013 Kuwait ha vivido numerosas crisis políticas a pesar de un parlamento favorable al gobierno.
En este país de 4,4 millones de habitantes (el 70%, extranjeros) y que fue la primera monarquía del Golfo en instaurar un sistema parlamentario, en 1962, el Parlamento tiene ciertos poderes, principalmente para controlar la acción del Gobierno y de los ministros. Pero el poder real sigue en manos de la familia Al Sabah, que reina desde hace 250 años.
Kuwait, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróelo (OPEP), produce tres millones de barriles diarios y gracias a ello los kuwaitíes están acostumbrados a la generosidad del Estado, que apenas recauda impuestos y da prácticamente gratis los servicios esenciales.
Pero tras 16 años de excedentes, la caída de los precios del petróleo ha provocado un déficir de 13.700 millones de dólares en el último presupuesto.